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Sánchez exhibe como un triunfo que Bruselas supervise sus medidas para controlar los precios de la energía

"Objetivo cumplido", dice Sánchez pese a que la UE ha rechazado la principal de sus propuestas y acepta, a cambio de tener la última palabra, la isla

Sánchez junto al primer ministro griego, Kyriakos Mitsotakis, y el presidente de Chipre, Nicos Anastasiades, durante la Cumbre del Consejo Europeo en Bruselas. | EFE

Tras la negativa de Alemania y Países Bajos a la idea española de desacoplar el gas de la factura eléctrica, Pedro Sánchez se ha vuelto a encontrar otro muro a la hora de llevar a cabo su propuesta para que se reconozca a la península como una "isla energética" y poder topar los precios en España y Portugal. El alemán, Olaf Scholz, lideró la oposición y al final se ha optado por una solución intermedia.

Será la Comisión Europea quien evalúe y supervise el "carácter temporal de las medidas" y siempre que "no afecten a las condiciones comerciales en una medida contraria al interés común", según el documento de conclusiones. Bruselas se reserva la capacidad de veto de las propuestas españolas.

Esto significa que Sánchez tendrá que presentar sus medidas "temporales" a la Comisión quien se encargará de aceptarlas y supervisarlas. La Moncloa debe aceptar que cualquier reforma será "acotada en el tiempo" debido a la excepcionalidad de la crisis energética.

El" triunfo" de Sánchez

"La península Ibérica tiene muy pocas interconexiones y hemos acordado un tratamiento especial para la península", respondía de manera escueta la presidenta de la Comisión, Ursula Von der Leyen quien abría la puerta a que, a partir de ahora, Madrid y Lisboa puedan "gestionar los precios de la electricidad" sin aclarar más.

"Por fin se reconoce la singularidad de la Península Ibérica", decía un exultante Sánchez que comparecía junto al primer ministro portugués, Antonio Costa. "Nos va a dar más herramientas que las que teníamos ayer", añadía el presidente del Gobierno en referencia a los precios de la energía antes de reconocer que tendrá que ser Bruselas quien dé luz verde a las medidas.

Pese a todo, jefe del Ejecutivo ha tratado de mostrarse como el ganador de la partida. "Ha sido un objetivo que se ha cumplido", presumía Sánchez pese a que el Consejo ha descartado la principal idea española de desacoplar el gas de la factura. "A partir de hoy podremos tomar pedidas temporales y acotadas en el tiempo" que, según Sánchez, "nos va a permitir rebajar los precios de la energía"

Fijar el precio máximo del gas

El más concreto era el primer ministro portugués quien avanzada cómo, qué y cuándo van a presentar esas medidas. "La próxima semana presentaremos las propuestas" ante Bruselas, añadía Antonio Costa algo que ratificaba Sánchez.

La idea de Portugal, que también respalda España, es fijar "el precio máximo de referencia máximo del gas". "Eso nos permitirá una reducción del precio de la energía", sintetizaba el mandatario portugués quien también elogiaba otras propuestas aceptadas por Bruselas como poder bajar el IVA de la energía. Algo que Sánchez no ha mencionado.

La oposición de Alemania

El socialdemócrata alemán, Olaf Scholz, ha vuelto a liderar la oposición a Sánchez en Europa. Tras horas de negociación, en la que el presidente español, visiblemente enfadado, llegó a salirse de la reunión. "Lo que pasa en el Consejo se queda en el Consejo", decía Sánchez. "Ha habido una filtración que no se adecúa a la realidad de lo que había dentro. Nunca habíamos planteado un veto", añadía en la rueda de prensa posterior

Alemania ha dejado claro que no comparte la intervención en el mercado. "Somos escépticos", reconocía el canciller alemán, Olaf Scholz, cuando le preguntaban por la posibilidad de algunos países, como España, de querer controlar los precios.

La Moncloa exhibe como un triunfo que Europa se abra en mayo a reformar la factura eléctrica. Ahí pretenden volver a colocar su idea de desacoplar el gas de la factura. Desde ahora, el Gobierno tratará de vender como crucial el próximo Consejo. Otra vez, insistirá en que la pelota está en manos de Europa y que la factura podrá bajar, de manera sustancial, a partir de primavera.

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Un cambio de planes

La propuesta inicial de Sánchez incluía desacoplar el gas de la factura. La idea había conseguido el apoyo de Portugal, Italia, Grecia y Rumanía pero se encontró con el rechazo frontal de Scholz. El canciller alemán, con el que Sánchez tuvo una cena de trabajo en Berlín el pasado viernes, le avisó que rechazarían la idea porque podrían espantar a los inversores en Europa. Justo en este momento en el que se necesita más dinero en la Unión para crear fuentes de energía alternativas al gas ruso.

Scholz le advirtió que encontraría también la oposición de Países Bajos y Austria. Desde ese momento, Sánchez dejó de hablar de desacoplar el gas de la factura. Su última parada en su roadtrip, la de Irlanda por videoconferencia, tampoco fue especialmente fructífera. Desde comienzos de esta semana, La Moncloa empezó a idear un nuevo plan y propuso la "isla energética".

La idea fue expuesta por Sánchez en el Consejo de este viernes, ya que la jornada del jueves por la tarde se centró en Ucrania, en cómo se puede ayudar a los refugiados ucranianos y en perfeccionar las sanciones al régimen del Putin. Ahí, la unidad fue total entre los 27. La tensión llegó desde primera hora de este viernes hasta las 18:00, cuando se empezó a hablar de la energía. Hubo que esperar casi diez horas para llegar a un acuerdo.

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