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El Gobierno justifica su presencia en la toma de posesión de Mañueco "para estar vigilante" y "evitar retrocesos"

La Moncloa asegura que su presencia "manda un mensaje de tranquilidad" y cree Feijóo no ha ido "para tapar sus vergüenzas".

Alberto Núñez Feijóo ha pasado de ser celebrado y elogiado en La Moncloa como el barón moderado, antítesis de Isabel Díaz Ayuso, a ser un político que "va en la dirección contraria a la derecha moderada y europea". En La Moncloa no ocultan sus descontento con el nuevo presidente del PP e incluso han aprovechado la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros para arremeter contra el líder de la oposición.

"El señor Feijóo no ha ido hoy (a la toma de posesión de Mañueco) para tapar sus vergüenzas por permitir lo ha permitido", decía la portavoz Isabel Rodríguez mientras justificaba la presencia institucional de una de sus ministras, Pilar Alegría. "El Gobierno está allí para respetar la institucionalidad a la que nos debemos", añadía mientras aseguraba que la Ministra de Educación "da un mensaje de tranquilidad a los castellanoleoneses".

"El Gobierno va a estar muy atento para que esta alianza con la extrema derecha no venga a hacernos retroceder en derechos y libertades", recalcaba la portavoz del Gobierno de Pedro Sánchez mientras pedía poner "cordones sanitarios" a los que van "contras los derechos de las mujeres".

Feijóo les da largas

El malestar con Alberto Núñez Feijóo no se circunscribe sólo a la política de pactos. La Moncloa empieza a desconfiar del nuevo líder del PP porque "los plazos corren, hace ya dos semanas que se celebró la reunión" entre Sánchez y Feijóo. En ese encuentro, ambos pactaron nombrar un comité negociador para repartirse el CPGJ pero, según denuncian en el Gobierno, "en quince días todavía no hemos recibido esa respuesta, ese interlocutor".

La Moncloa cree que "dos semanas es tiempo más que suficiente para remitirles esos nombres" y empieza a sospechar que Feijóo les está dando largas. Isabel Rodríguez incluso iba más allá y aseguraba que "casi es una rebeldía no estar cumpliendo con la Constitución española, como es el caso del CGPJ".

Otro frente

Esto mientras al Ejecutivo se le abre un nuevo frente tras conocerse que varios líderes separatistas fueron espiados con el software israelí, Pegasus, que sólo pueden adquirir los Gobiernos, los ejércitos o los servicios secretos. La noticia ha sentado mal al entorno independentista, socios habituales en el Congreso, que piden explicaciones a La Moncloa. Algo que también respaldan sus socios de Unidas Podemos.

"El Gobierno no tiene nada que ocultar , colaborará al máximo", prometía Isabel Rodríguez pese a que la mayor parte del espionaje se produjo cuando Sánchez ya estaba en La Moncloa." España es un Estado democrático de derecho pleno. Cualquier limitación requiere de una actuación motivada", añadía la portavoz que anunciaba que la ministra de Defensa, Margarita Robles, comparecerá en breve a petición propia en el Congreso.

El Gobierno desmiente que ellos hayan utilizado este software pero no aclaran si lo ha podido utilizar algún organismo dependiente de La Moncloa como el CNI. En ese momento, Isabel Rodríguez, lanzaba la pelota fuera: "Hay asuntos que tratan de la seguridad de todos nosotros que están protegidos por ley. Materias clasificadas, secretos que no puedo darles cuenta porque me lo prohíbe la ley",

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