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La respuesta de Feijóo a la sedición reactiva la crítica dura de Vox al PP: "Esto no es Galicia"

Vox admite "decepción" en la respuesta del líder del PP ante los problemas que afronta España.

Vox admite "decepción" en la respuesta del líder del PP ante los problemas que afronta España.
Santiago Abascal, en esRadio. | David Alonso

El futuro de España depende en gran medida de la relación que mantengan PP y Vox cuando Pedro Sánchez deje de ser presidente. A pesar de que el bipartidismo lucha por imponerse frente a las nuevas formaciones, es prácticamente imposible que regresen las mayorías absolutas, por lo que Alberto Núñez Feijóo y Santiago Abascal parecen condenados a entenderse, a pesar de las reticencias que demuestra el primero.

La salida de Pablo Casado del PP eliminó los obstáculos políticos y personales que hacían imposible reconstruir los puentes que volaron por los aires en la moción de censura a Sánchez. Otra moción, la segunda a la que se enfrentaría el presidente, podría volver a enfriar las relaciones entre ambos partidos.

El desdén con el que Feijóo despachó la petición de Vox y Cs para intentar desalojar a Sánchez de La Moncloa ha generado preocupación y malestar en Santiago Abascal, como evidencian las declaraciones que hizo ayer durante una entrevista en Es la Mañana de Federico, de esRadio. "Feijóo, ante un golpe de Estado, en lugar de oponerse, llama radicales y extremistas a aquellos con los que puede contar para contenerlo", se quejó el líder de Vox.

Abascal calificó su respuesta de "irreflexiva" y "precipitada", haciendo hincapié en el hecho de que se produjera apenas media hora después de tenderle la mano para presentar una moción de censura. "El PP tiene un lío monumental, esto no es Galicia", advirtió para retarle a "elegir modelo" de gobierno: o pacta una mayoría imposible con el PNV, que no le dejará recuperar el delito de sedición ni derogar las leyes ideológicas de la izquierda, o apoyarse en Vox.

En el partido de Abascal empiezan a hablar de Feijóo como un líder "decepcionante" al que se le han visto las costuras apenas unos meses después de llegar a la presidencia del PP, tanto por su fracaso negociando con Pedro Sánchez, como por su reacción a la reforma del delito de sedición.

Vox eleva así el tono de su crítica después de semanas en las que ha evitado la confrontación con los populares, incluso tras el fracaso de las negociaciones con el PSOE renovar el CGPJ, cuando optaron por no minar aún más la imagen de su potencial socio de gobierno para no lastrar las opciones electorales de la derecha, que ya empezaba a frenar su ascenso en las encuestas.

Apenas unas horas antes de la entrevista en esRadio, Abascal se mostró prudente en sus reproches al PP durante la rueda de prensa que ofreció desde la sede nacional del partido. El líder de Vox apenas se quejó del trato preferente que Feijóo dispensa al PSOE. "No entendemos a quienes un día critican a Sánchez y otro le tienden la mano, es acercarse a Bildu y ERC, hoy son lo mismo", se limitó a decir sin nombrar siquiera al líder del PP o a su partido.

La situación ha cambiado tras los constantes desprecios del líder del PP, que insiste en dejar de lado a Vox mientras intenta cortejar al PSOE o al PNV. Cansados de tenderle la mano de forma reiterada sin obtener respuesta, en el mejor de los casos, los dirigentes de Vox han reaccionado a sus desprecios de forma airada.

El portavoz parlamentario, Iván Espinosa, admitió en el Congreso que les ha "sorprendido" la "tibieza" con la que Feijóo ha respondido a la pretensión de Sánchez de rebajar el delito de sedición y el de malversación. "No sabemos a qué obedece, no sabemos si la reforma de la malversación interesa a los principales partidos políticos que llevan muchos años metidos en casos de corrupción", dijo, quejándose de la reacción "poco reflexiva" del PP que achacó al "nerviosismo". "No olvidemos que el Gobierno está poniendo a los delincuentes a decidir cómo se castigan sus delitos", advirtió.

Un cruce de acusaciones que complican la relación cordial que ambos mantenían y que parecía encauzada tras el primer encuentro entre Feijóo y Abascal. Sin embargo, ayer el líder de Vox admitió que las relaciones con el PP "son complicadas", incluso en aquellos lugares en los que exhiben buena sintonía.

Es el caso de Castilla y León, donde el gobierno formado por ambos partidos acaba de pactar los presupuestos autonómicos para reducir impuestos, conceder ayudas a las familias o el mundo rural y reducir subvenciones a sindicatos y patronales. Sin embargo, Abascal recordó que sigue pendiente la derogación de la Ley de Memoria Histórica, como ocurre en Andalucía.

Las fricciones existentes ya avanzan las dificultades a las que podría enfrentarse un posible gobierno de PP y Vox a nivel nacional, cuyo principal reto será afrontar unas reformas de dimensiones colosales, si realmente pretenden revertir la situación que les deje el Gobierno de PSOE y Unidas Podemos, aliado de ERC, Bildu y el PNV.

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