La ley Trans, como se conoce a la Ley para la Igualdad Real y Efectiva de las Personas Trans, es uno de los proyectos estrella de la ministra de Igualdad, Irene Montero. El borrador de la ley dice que tiene como objetivo garantizar el "derecho a la identidad de género libremente manifestada", lo que significa que cualquier persona podrá cambiar legamente su sexo sólo con acercarse al Registro Civil y solicitarlo, sin otro requisito que una "declaración expresa".
El debate en el Congreso de la Ley Trans promovida por el ministerio de Irene Montero, que hace apenas unos días acaparaba todos los focos, ha estado marcado por el asalto del Gobierno a la Justicia. A unas horas de que el TC reúna de urgencia al Pleno, por segunda vez en apenas dos días, la izquierda ya cuenta con controlar el tribunal de garantías para legislar sin ningún tipo de control institucional.
"Se les acabó el comodín, para cuando llegue el recurso contra la Ley Trans el TC ya no estará secuestrado", resumía el portavoz de Más País, Íñigo Errejón, durante el debate de la Ley LGTBI, dirigiéndose a los partidos de la derecha, a los que reprochaba su voto negativo contra una norma que ha provocado, incluso, la división del PSOE. De hecho, el grupo socialista intentó introducir enmiendas para reducir sus medidas más radicales, como permitir el cambio de sexo en menores sin informes previo.
Finalmente, la Ley Trans se ha aprobado en el Congreso de los Diputados. Ha tenido 188 votos a favor, 150 en contra y 7 abstenciones. Entre los grupos que no han apoyado la propuesta están el Partido Popular, Vox y parte de Ciudadanos. La ex vicepresidente del Gobierno, Carmen Calvo ha votado Abstención.

