Hay toda una generación de mujeres dedicadas a lucha por los derechos civiles y las libertades que está siendo silenciada o, al menos, no relatada con la asiduidad que merece. Nos hemos centrado tanto en denunciar el legado aberrante de las Montero de turno que nos hemos olvidado de aquellas que SÍ nos representan. Es el caso de la ajedrecista iraní Sara Khadem, la Nobel de Paz, Oleksandra Matviichuk, la venezolana, Tamara Sujú y la argentina, Victoria Villarruel.


