Prácticamente ninguna encuesta ha sido capaz de prever el sorprendente resultado electoral: el PSOE ha estado mucho mejor de lo que todo el mundo –excepto el CIS– anunciaba y el reparto de escaños da lugar a una situación en la que es complicado saber si alguien podrá gobernar o nos vamos a ver abocados a unas nuevas elecciones.
Por un lado, Feijóo lo tiene prácticamente imposible: el PP tiene 136 diputados y Vox 33, por lo que incluso contando con el previsible apoyo de UPN y de Coalición Canaria –que gobierna con el PP en las islas– la suma total sería 171, a cuatro de la mayoría absoluta. Una cifra que podría aportar el PNV, pero que es casi imposible que lo haga después de haber empatado con Bildu en estas elecciones y con unas autonómicas que tendrán que llegar durante la primera mitad de 2024.
Pero por el otro Pedro Sánchez tampoco lo tiene fácil: con Yolanda Díaz, su socio natural y con la que ya ha dicho que gobernaría, se queda en 153 diputados. Si sumamos los de los partidos en los que más se ha apoyado esta pasada legislatura, ERC, Bildu y el propio PNV, se quedarían también en 171, que serían 172 con el escaño del BNG.
Es decir, que para llegar a la mayoría absoluta necesitaría los siete diputados de Junts y, como mínimo, su abstención para ser elegido en una segunda votación. Y los separatistas liderados por Puigdemont ya han avanzado que ese apoyo será, como mínimo, muy difícil: la propia cabeza de cartel del partido, Miriam Noguera, ha advertido que no darán su apoyo "a cambio de nada" y que no les preocupa lo más mínimo la estabilidad del Gobierno.
Además, mientras que Junts no ha entrado en los pactos con el PSOE y ha aguantado respecto a 2019 –sólo ha perdido un escaño– ERC, que ha sido la que ha apoyado permanentemente a Sánchez, se ha desplomado: ha caído casi a la mitad en votos –de 874.000 a 460.000– y a más de la mitad en diputados, pasando de 13 a 6.
Resulta evidente que apoyar a Sánchez les ha sido muy caro y no está claro, aunque tampoco es imposible, que los de Junqueras y Rufián vuelvan a hacerlo, sobre todo teniendo en cuenta que en la propia Cataluña la situación es muy inestable y aunque las elecciones estén lejos en teoría febrero de 2025, no es impensable que se adelanten.
Los únicos a los que apoyar al PSOE les ha sido muy rentable ha sido a Bildu y Pedro Sánchez sí podrá contar con esos seis diputados, uno más que en la legislatura anterior.