Junts per Catalunya (JxCat), el partido del prófugo Puigdemont, se vuelca en la explotación de sus votos. La decisión final sobre la Mesa del Congreso, meta volante de la operación para la investidura, o no, de Pedro Sánchez, se adoptará en una reunión telemática de la ejecutiva del partido agendada para el jueves 17 de agosto entre las 8:00 y las 9:45 horas". Es decir que, salvo contratiempos, acabará un cuarto de hora antes de que arranque la sesión constitutiva de la XV Legislatura en el Congreso de los Diputados.
El secretario general de JxCat, el indultado Jordi Turull, ha convocado la cita de acuerdo con la presidenta del partido, Laura Borràs, la máxima representante en el Congreso, Miriam Nogueras, y el portavoz en el Senado, Jaume Cleries. La formación de Puigdemont pretende con la reunión telemática sobre la campana acentuar el papel del prófugo y añadir presión al PSOE e incertidumbre sobre la futura dirección del órgano rector de la cámara baja.
La convocatoria responde a la estrategia de Puigdemont de encarecer el voto de sus siete diputados en Madrid, imprescindibles para que el PSOE se haga con la presidencia, la mayoría de la Mesa y el control del Congreso. Si el voto de Junts es afirmativo, Sánchez podrá presentarse ante el Rey con más votos que Feijóo tras la sesión plenaria constitutiva de cara a una hipotética investidura. Las posibilidades son variadas. Junts podría prestar los votos necesarios, pero sólo esos tratando de dar a entender que aún queda la investidura por negociar. De momento, el prófugo aprovecha la aritmética parlamentaria para lanzar mensajes a través de la red social X en los que exhibe su situación de superioridad frente a Pedro Sánchez.
Puigdemont trata de aparecer como un duro negociador al que lo único que le importa es la independencia de Cataluña. Insiste en que su situación personal no cuenta y exige reconocimiento público por parte de Sánchez y que el pacto implique a la Corona y al Poder Judicial. Los dirigentes de Junts autorizados a deponer en las redes se muestran escépticos sobre el curso de las reuniones siguiendo las consignas emanadas desde Waterloo. Han hablado Laura Borràs, Jordi Turull, Antoni Castellà y Joaquim Forn. Y lo han hecho para aumentar el precio y agitar la subasta. De momento han conseguido triturar el papel de ERC en las negociaciones tras las promesas socialistas y de Sumar de condonar la deuda autonómica, borrar definitivamente la presencia del Estado en Cataluña y que se hable catalán en el Congreso a modo de guinda. A tres días para la constitución del Congreso, la amnistía está sobre la mesa y en la rampa de salida como ley orgánica avalada por la mayoría Frankenstein del Congreso.
En el PSOE tratan de aplazar la carpeta de la autodeterminación para la siguiente pantalla, la de la investidura. El capítulo final de la primera temporada de la serie está previsto para el próximo jueves a las 9:45. El escenario es una reunión telemática de Junts con Puigdemont. La penúltima señal de JxCat es que la amnistía es el punto de partida, no el de llegada, según ha dicho el indultado Joaquim Forn, el consejero de Interior de Puigdemont.