La socialista Francina Armengol ha sido elegido presidenta del Congreso por 178 votos a favor del PSOE, Sumar, PNV, BNG, y los separatistas catalanes de ERC y Junts, que anunciaban su apoyo a tan sólo unas horas de que comenzara la constitución de las Cortes después de que Pedro Sánchez cediera a sus exigencias para garantizar el uso de las lenguas cooficiales en todas las instituciones, "despolitizar el conflicto catalán" y una Ley de Amnistía, entre otras cosas.
El prófugo de la Justicia, Carles Puigdemont, ha sido clave para la victoria de la izquierda que lograba el apoyo de la Cámara en primera votación, al superar en dos votos la mayoría absoluta necesaria, gracias al voto favorable de los siete diputados de Junts. La candidata del PP, Cuca Gamarra, obtenía 139 votos de PP, UPN y Coalición Canaria, que finalmente decidía apoyar a los populares a pesar de haber anunciado previamente su abstención. Vox se desmarcaba apoyando a su propio candidato, Ignacio Gil Lázaro, que sumaba 33 votos, rompiendo así el bloque de la derecha.
Desde la formación de Santiago Abascal explican que su decisión obedece a la negativa del PP a facilitarles un puesto en la Mesa del Congreso, como exigían. Fuentes del partido de Feijóo aseguran que, una vez constatado que el PSOE había amarrado el apoyo separatista para la presidencia del Congreso, la cesión a Vox sería gratuita puesto que no garantizaba al PP hacerse con este puesto. El partido de Abascal se queda, por tanto, fuera del órgano rector que controlará la izquierda.
El ambiente de tensión sobrevoló en todo momento la sesión, a pesar de que se daba por descontado el acuerdo de la izquierda. Incluso la lectura de la votación por parte de la presidenta de la Mesa de Edad, Cristina Narbona, se produjo de forma atropellada ya que la bancada de PSOE y Sumar rompió en un sonoro aplauso antes de que pudiera siquiera concluir el resultado final, cuando apenas había confirmado que Armengol sumaba 178 votos favorables. Después leía de forma errónea que Gamarra cosechaba 129, en lugar de los 139, cifra que tenía que corregir posteriormente.
La composición de la Mesa
El PP se hace con cuatro puestos de los nueve que conforman la Mesa que, entre otras cosas, se encargará de manejar los tiempos para una futura investidura, lo que podría complicar las aspiraciones de Feijóo, si es propuesto candidato por el Rey Felipe VI, quien tiene la difícil tarea de decidir si encarga la formación de gobierno al ganador de las elecciones o a quien tiene los apoyos garantizados para la elección de la presidencia.
Los populares mantuvieron la esperanza hasta el último momento ante la posibilidad de que Puidemont llevara su órdago hasta el final y decidiera finalmente abstenerse, lo que abría una ventana de oportunidad para Gamarra. Sin embargo, a las 9 de la mañana, una hora antes de que diera comienzo la sesión, se confirmaba el acuerdo con el PSOE, lo que sumía a la derecha en un estado de tristeza que recuerda a lo ocurrido después del 23-J, cuando se confirmaba que PP y Vox no sumaban.
Los rostros de los diputados de ambos partidos, muy serios y decepcionados, contrastaban con la alegría exhibida por la izquierda, incluido el presidente en funciones, Pedro Sánchez, que llegaba al hemiciclo muy sonriente y se fundía en un abrazo con la líder de Sumar, Yolanda Díaz, ambos exultantes ante la victoria que se avecinaba en el arranque de la XV Legislatura. El vapuleo a la derecha era aún más evidente ante la ruptura del bloque de la derecha.