
Santiago Abascal ha garantizado al Rey que apoyará una investidura de Alberto Núñez Feijóo si es designado candidato, lo que le garantiza al líder del PP poder presentar mayor número de apoyos ante el monarca que Pedro Sánchez. Así lo ha trasladado en una breve comparecencia en el Congreso en la que no ha admitido preguntas de los periodistas, a diferencia del resto de portavoces que sí se han sometido a las cuestiones de la prensa.
De esta forma, los Feijóo tiene garantizados 172 votos de PP, Vox, CC y UPN frente a los 152 que cosecha Pedro Sánchez de PSOE y Sumar, ya que los separatistas han rechazado reunirse con Felipe VI y, por tanto, al Rey no le consta su sentido de voto, mientras que el PNV no le confirmó en su reunión de ayer que vaya a respaldarle.
Después de amagar con retirarle el apoyo, el líder de Vox ha decidido finalmente de que "ante las graves amenazas" que afronta España, con un gobierno apoyado en los "herederos de ETA y un prófugo de la Justicia", seguirá respaldando a Feijóo, aunque ha insistido en poner unas condiciones que pasan por el respeto a los votantes de Vox, que el PP no colabore en el cordón sanitario contra el partido, poner en valor los acuerdos alcanzados entre ambos en las comunidades autónomas y garantizar la "neutralidad de las instituciones y la normalidad democrática".
En este último punto entraría su crítica a Feijóo por haberles excluido de la Mesa del Congreso durante la constitución de las Cortes de la semana pasada. El PP decidió no cederle uno de los cuatro asientos que le correspondían por votos en el órgano rector, al comprobar que los votos de Vox ya no le servían para hacerse con la presidencia de las Cortes. Un hecho insólito tratándose de la tercera fuerza política de España.
La votación en la que se mostró una derecha dividida, frente a la unidad de la izquierda, abrió importantes heridas entre ambos partidos, convirtiéndose en el primer encontronazo importante a nivel nacional que sufre su relación desde la llegada de Alberto Núñez Feijóo a la presidencia del PP. Una relación ahora más tocada que antes del 23-J que aventura una legislatura complicada, no sólo por la posibilidad de que Sánchez forme gobierno con los separatistas y Bildu, sino por la ausencia de una respuesta coordinada en la derecha para hacerle frente a la situación.

