El Partido Popular ha salido a defenderse de las acusaciones del gobierno que le señala como instigador de las protestas que se vienen convocando desde hace tres días en la sede del PSOE de la calle Ferraz en Madrid, y que se están extendiendo a otras ciudades.
La formación niega haber participado en ellas o haberlas convocado y señala al ministro Fernando Grande-Marlaska por las cargas policiales de anoche. El Gobierno está utilizando la presencia de Esperanza Aguirre el pasado domingo en la protesta para intentar vincularlas con el PP.
Sin embargo, el partido de Feijóo asegura en un comunicado remitido a los medios que "no han convocado concentración alguna en Ferraz" y que el Gobierno del PSOE "obligó a nuestros agentes a tratar a las personas que estaban en la calle como si fueran CDR" cuando "no lo eran". Una actuación que califican de "injusta". "Nuestro apoyo a los agentes es compatible con nuestra crítica a los mandos del Ministerio del Interior socialista", aseguran.
Los de Feijóo recuerdan las protestas celebradas en Madrid, Barcelona, Galicia o Valencia las últimas semanas que han sido convocadas por ellos o por la sociedad civil, solicitando previamente permiso a la Delegación de Gobierno como exige la ley. Defienden que "fueron pacíficas y se desarrollaron de un modo ejemplar".
Además, recuerdan el cerco a las sedes del PP que se produjo en el año 2004, en plena jornada de reflexión, tras los atentados del 11-M. "Entonces fue el PSOE el que mandó a la gente a protestar a Génova", señalan, asegurando también que "el PP es un partido institucional que combate a los que rodeaban el Congreso (Podemos), iban a nuestras sedes a insultarnos (PSOE), a atacarlas (Bildu) o a los que usaban la calle para generar disturbios (los independentistas)".
Por último, recalcan que "en ninguna de esas prácticas encontramos inspiración alguna", reivindicando la respuesta social e institucional frente a la amnistía como la vía más útil para combatir los planes del Gobierno de Sánchez.
En la concentración de ayer estuvieron presentes varios cargos de Vox, incluido su presidente, Santiago Abascal, además del vicepresidente de Castilla y León, Juan García-Gallardo. Desde el primer día ha acudido Manuel Mariscal, diputado y miembro del Consejo de Acción Política, máximo órgano del partido.