
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, se ha abierto por primera vez a las tesis del lawfare que defienden sus socios separatistas y que está plasmado en el programa de gobierno con Junts. Durante una entrevista en TVE, cuando le han preguntado por las guerras judiciales, Sánchez ha respondido afirmativamente y ha sentenciado que se "han instrumentalizado instituciones por causas políticas". El jefe del Ejecutivo ha evitado defender a los jueces y ha equiparado en su respuesta a la magistratura con "la policía" de Villarejo y ha puesto como ejemplo "el caso Kitchen".
Sánchez ha defendido estas comisiones de investigación cuyas conclusiones, según ha afirmado, quedarán en manos de la Justicia. El presidente del Gobierno ha puesto como ejemplo el Caso Lino, de principios de los 2000, que investigó las ayudas al textil en Castilla la Mancha. "Las conclusiones de la Comisión de investigación fueron solicitadas por la Fiscalía", ha afirmado Sánchez quien ha obviado que la sentencia judicial concluyó que no había rastro del fraude generalizado del que acusaba el PSOE a sus adversarios.
El jefe del Ejecutivo también ha puesto en el punto de mira la renovación del CGPJ afirmando que su bloqueo por parte del PP "cuestiona la soberanía popular que reside en el Congreso de los Diputados". Sánchez compra así otra teoría de sus socios radicales, la de la soberanía popular como fuente de legitimidad, obviando que la Constitución en su artículo 1 define que "la soberanía nacional reside en el pueblo español, del que emanan los poderes del Estado".
Comprando todo el marco a los separatistas
Sánchez también ha seguido profundizando en su aceptación de la ley de amnistía. En esta ocasión, lo ha equipado con "conquistas" como "el divorcio o el matrimonio igualitario", afirmando que los que se manifestaron en contra, ahora lo aceptan y "hasta son padrinos en bodas" . "Estoy convencido que, aquellos que se están manifestando en la calle acabarán recordando estos días como si te he visto no me acuerdo", ha afirmado el líder del PSOE.
"En política, como en la vida, hay que optar entre las soluciones posibles", ha afirmado Sánchez quien ha defendido su cambio de guion, de la negación, porque "no era el paso que quería dar", a la aceptación, porque había "dos disyuntivas" o "contar con un Gobierno progresista o con uno de PP y Vox".
En lo que no se ha retractado es en sus críticas pasadas a la inconstitucionalidad de la amnistía pero, en esta ocasión, ha añadido que sólo la Proposición que presentó ERC era "inconstitucional" mientras que la del PSOE es "constitucional".
El siguiente marco que Sánchez ha aceptado de los separatistas es el del verificador, cuya primera reunión se producirá este sábado en Suiza. El presidente del Gobierno ha asegurado que es "una buena noticia" que "si dos no se entienden, nos acompañe un tercero" y ha afirmado que su identidad "se conocerá" a su debido tiempo. El líder socialista ha asegurado que "es un mecanismo excepcional" y que "ojalá en un futuro no lo necesitemos".
Veinte minutos viendo vídeos de atentados
Sánchez también ha sentenciado que la UE ha dicho que "la amnistía es una causa interna de España", pese a que la Comisión todavía está estudiando la norma y no ha dictado ningún informe. "Exportar las causas a Europa me parece lamentable", ha añadido el presidente del Gobierno quien ha da vuelto a criticar al PP.
En materia exterior, también se ha referido a la crisis diplomática con Israel. "Entre países amigos tenemos que decirnos las cosas", ha afirmado mientras que ha añadido que su pretensión de declarar de manera unilateral a Palestina la tomó pese a ver junto con el primer ministro israelí 20 minutos de atentados de Hamás. "Tengo francas dudas de que Israel esté cumpliendo con el derecho internacional", ha sentenciado siendo más duro con el Gobierno de Jerusalén que con la teocracia de Gaza.

