Vox intenta mirar al futuro sin haber cerrado las heridas recientes de un pasado repleto de éxitos electorales, en los que han ganado un gran poder institucional, pero que se ha visto empañado en la última etapa por la pérdida de 19 diputados y un reguero de salidas. Santiago Abascal revalida mandato por otros cuatro años más con el reto de rearmar al partido para dejar atrás la crisis interna.
Su reelección como presidente se ha producido sin votación al no haberse presentado candidatura alternativa. El acto, celebrado en el Hotel Marriott Auditorium de Madrid, ha congregado a algo más de 2.000 militantes, lejos de los 9.000 que se congregaron en la Asamblea de 2020 conocida como Vistalegre III, en la que fue elegido por última vez como líder indiscutible del partido.
En un año marcado por la convocatoria de elecciones, con las gallegas, vascas, europeas y catalanas a la vista, Abascal intentará demostrar en esta nueva etapa que Vox no ha iniciado un ciclo descendente que puede llevarle a vivir procesos similares a los de otros nuevos partidos, como Cs o Podemos.
La formación debe cerrar todavía las heridas provocadas por quienes hace apenas unos meses integraban el proyecto, como Iván Espinosa o Macarena Olona, a los que se suman una decena de nombres que han dejado la formación, incluso en vísperas de la Asamblea, y a los que podrían sumarse nuevos rostros en el futuro.
En contraste con esta imagen interna, Vox ha exhibido un importante poder de convocatoria internacional al reunir a la primera ministra de Italia, Georgia Meloni, y el presidente de Argentina, Javier Milei, que han felicitado a Abascal por vídeo.
"Debemos encontrarnos preparados para las elecciones europeas y dar a la UE el cambio de rumbo que esperábamos", ha defendido Meloni, mientras que Milei ha destacado que "somos pocos pero buenos los que peleamos por la vida, la propiedad y la libertad".
"El ruido contra Vox" de los medios
Durante su discurso, Abascal ha empezado criticando, de nuevo, a los medios de comunicación, a los que ha acusado de provocar un "ruido ensordecedor contra Vox que es proporcional al aliento que recibimos en la calle" de quienes están "hartos de mentiras trampas e insidias", ha dicho.
"Vamos a continuar adelante, pese a quien pese, y sin atender a quienes pretenden desalentarnos", ha proclamado el líder de Vox después de repasar parte de su historia política, que se remonta a cuando tenía 18 años. "Nuestro mensaje ha dado esperanza y representación a españoles que no la tenían", ha defendido antes de repasar las propuestas políticas que les diferencia de todas las demás fuerzas políticas.
Buena parte de su intervención la ha dedicado a desmentir a quienes hablan de "divisiones en Vox" o de "corrientes internas". "Como Vox no se muere, se mueren por matar a Vox", se ha quejado, defendiendo que no hay diferencias de ideas o de estrategia a nivel interno.
Abascal ha acusado a los medios de ser "corruptos", "mentirosos" o "no tener vergüenza" por llevar a cabo una campaña de "acoso" contra el partido que "va a continuar". Mientras lanzada todo tipo de críticas contra la prensa, los asistentes jaleaban sus palabras con gritos de "periodistas terroristas" o "prensa vendida". Para concluir, ha proclamado "no somos los últimos del ayer, sino los primeros del mañana".
La nueva Ejecutiva de Vox pasa a estar compuesta por 20 miembros, con Ignacio Garriga como nuevo hombre fuerte al aglutinar el cargo de secretario general y vicepresidente único. Le siguen en el organigrama Javier Ortega Smith y Jorge Buxadé, que bajan un escalafón en el partido. Entran Pepa Millán y José María Figaredo como portavoces del Congreso, y la mayoría de líderes territoriales, salvo Rocío Monasterio, que ha estado presente en el acto en plenas dudas sobre su futuro en el partido.