Los socialistas ya asumen que su resultado en las elecciones gallegas va a ser histórico. Históricamente negativo. En 2020, ya consiguieron el peor hasta el momento con apenas 14 asientos. Ahora, temen quedarse con sólo un dígito debido al trasvase de votantes hacia el BNG de Ana Pontón que podría pasar de los 19 escaños a más de 25.
De ahí, que en la campaña socialista empiecen a poner la venda antes de la herida. "Me siento profundamente honrado del candidato", aseguraba Pedro Sánchez este jueves en un mitin La Coruña, dando a entender que la responsabilidad de un mal resultado no es de José Ramón Gómez Besteiro.
Incluso pedía a los afiliados que dediquen las últimas horas de la campaña a convencer a su entorno más cercano. Sánchez conminaba a sus afiliados gallegos a que, en una estrategia desesperada, se "trabajen" con "todos los conocidos, compañeros de trabajo, amigos, vecinos" para que repitan papeleta de las generales y "voten a los que votaron el 23 de julio".
El presidente del Gobierno cree que si hay un Gobierno nacional y otro autonómico del mismo color, a los gallegos les irá mejor. "Si hay hilo directo entre Galicia y Moncloa, Galicia mete la directa", añadía en otro momento del mitin. Una manera de presumir de una agenda de la que carece el BNG.
Contra Feijóo
Los socialistas se aferran a un cambio en el Gobierno de Galicia, pactando con el BNG, para maquillar su mal resultado. Si, por el contrario, el PP revalida la mayoría absoluta, el desastre tendrá más eco. Sánchez lo sabe y trata de sumar ruido a la campaña contra el PP tergiversando lo que Feijóo aseguró en una charla informal con periodistas en Lugo.
El presidente del PP deslizó que, llegado el caso, si Puigdemont se entrega a la justicia y es condenado, podría estudiar un indulto condicionado. Sánchez trata de añadir confusión a lo que afirmó Feijóo e interpreta que en Génova estaban negociando con Junts mientras se manifestaban en contra del Gobierno.
"Hay que ver, por la mañana negociando indultos y por la tarde manifestándose con esos indultos y llamándoles terroristas", afirmaba Sánchez quien calificaba al líder de la oposición de "hipócrita" por "decir en privado una cosa y en público otra". El líder socialista pedía a Feijóo que "pida perdón por el odio y las mentiras derramadas durando estos último cinco meses".