Siguiendo la estrategia socialista elegida para la campaña europea de erigirse en defensores de la democracia frente a la ultraderecha, Patxi López ha pedido intervenir en el pleno de este miércoles para quejarse del tono de Santiago Abascal, que hizo un discurso muy crítico con las políticas de Sánchez y muy especialmente con su política internacional.
A falta de adjetivos más gruesos, Patxi López se quejó ante Francina Armengol del uso de "expresiones absolutamente ofensivas e incitadoras de odio" entre las que citó "títere", "narcocomunistas" y "narcogobiernos". Abascal, en su discurso, llamó en efecto títere a Sánchez, un calificativo que se ha escuchado decenas de veces en el hemiciclo y que hasta ahora no había recibido una queja tan intensa. En concreto, lamentó que actúe "al dictado y como títere de extremismos, de narcogobiernos, de teocracias y tiranías en Iberoamérica" en alusión a sus alianzas con Venezuela. "Ahí no retiran los embajadores", añadió Abascal en alusión al teatro con Javier Milei.
López insistió en sus quejas, lamentando que "falta mucho respeto y mucha educación" en el Congreso, pocos minutos después de que el propio presidente del Gobierno hiciera un discurso durísimo con la oposición en el que no faltaron descalificaciones a partidos ("destructivos", por ejemplo) y medios de comunicación.
"Es algo que no podemos permitir: que un defensor de la dictadura insulte de esta forma a un presidente democrático. Ya está bien", afirmó López reclamando que se eliminara del diario de sesiones esa frase.
Como era previsible, la presidenta del Congreso recogió el guante: "Respetemos el decoro de la Cámara por el bien de la ciudadanía", dijo antes de apuntar que "revisarían" el discurso.
La portavoz de Vox, Pepa Millán, pidió entonces la palabra para quejarse a su vez de los ataques que el escandalizado Patxi López había proferido contra Vox, tachado de "defensor de la dictadura". "Son unas palabras que no se pueden permitir", apuntó.