
El ministro de Presidencia y Justicia, Félix Bolaños, ha defendido la reforma de la ley orgánica 7/2014 que reducirá las penas a los etarras que cumplieron condenas en Francia. "La norma garantiza que se aplique la directiva europea, también en España", ha afirmado ante los periodistas que le han preguntado por unas enmiendas pactadas con Bildu y que han pasado desapercibidas hasta que, este lunes, El Confidencial publicó qué escondía el acuerdo.
La norma sobre el intercambio de información de antecedentes penales y consideración de resoluciones penales en la Unión Europea llegó en marzo al Congreso. No fue hasta el 10 de septiembre cuando en la Comisión de Justicia se aprobó la derogación de la disposición adicional única. Se trata de una reforma incorporada por el Gobierno de Rajoy en 2010 para evitar la conmutación de los años de cárcel pasados por los etarras fuera de España.
Además, durante el debate de la ponencia se cambió el artículo 14.1 de la ley, con efecto directo en el cómputo de las penas. Ni PP, ni Vox se dieron cuenta y votaron a favor. El pleno del Congreso aprobó la reforma unos días más tarde, el 18 de septiembre, con los votos favorables de todo el Congreso ya que, además de los de Feijóo y Abascal, se sumó UPN sin percatarse de la trampa.
Una tramitación "pacífica"
El Gobierno celebra ahora el gol que le ha colado a la oposición. "Es una tramitación pacífica", ha asegurado Bolaños que ha recordado que "ningún partido votó en contra". "Esa tramitación pacífica también ha continuado en el Senado donde no ha habido enmiendas, ha terciado. La norma llegará este martes a la Cámara Alta. en un pleno que comenzará a las 10:00, y donde es imposible que se cambie la norma al no haberse registrado ningún veto, ni tampoco enmiendas.
Si la reforma sale adelante, el primer etarra que saldría a la calle es Txapote, autor del asesinato de Miguel Ángel Blanco y Gregorio Ordóñez, y que volvería a pisar las calles en menos de un año. Aunque el más beneficiado sería Alberto López de Lacalle al que se le restarían de golpe 23 años por el nuevo cómputo. Otros sanguinarios etarras como Kantauri o Soledad Iparragirre, Anboto, verían reducidas sus penas en 7 y 15 años respectivamente.

