Mientras fuera del Congreso caía un fuerte aguacero, dentro del hemiciclo el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, recibía un chaparrón dialéctico a cuenta del caso Ábalos y sus derivadas. El líder socialista defendía que actuaron "con contundencia" y "colaboraron con la justicia", algo que desmontaba el líder de la oposición, Alberto Núñez Feijóo, que le preguntaba que si "colaborar con la justicia es poner dos querellas al juez que le investiga", en referencia al caso Begoña Gómez.
"Todos los caminos conducen usted: las mordidas, las paradas técnicas de Delcy, los lingotes de oro, las bolsas de Ferraz", terciaba el líder de los populares quien le reprochaba que "llegó como adalid de la corrupción y ha acabado con nombre en clave de la trama corrupta: el uno".
"No puede presentarse como un mero espectador. Sabía lo de Delcy y mintió. Sabía lo de Ábalos y lo aforó. Sabía lo de su mujer y lo encubrió. Sabía el rescate multimillonario de la compañía aérea y participó", terciaba Feijóo quien auguraba que "su agonía legislativa le va a parecer una broma al lado de su agonía judicial".
En ese momento, Feijóo se dirigía a Sánchez y le llamaba "señor uno" y le decía que "las instituciones no pueden estar en su defensa personal". Tras esta frase le conminaba: "márchese ya". El líder de la oposición se apoyaba en que hay "cuatro causas pendientes" que afectan a "su partido, su Gobierno y su familia".
Feijóo incluso determinaba la "sentencia política" de Sánchez: "vinieron a combatir la corrupción y lo que hicieron fue ejercitarla". Sánchez, en su contrarréplica, auguraba que "quedan mil días de legislatura". "No todos somos iguales quien la hace la paga y en el suyo, cuando se denuncia un caso de corrupción, se le echa a la calle", terciaba el presidente asegurando que a Pablo Casado le echaron de la presidencia por "denunciar la corrupción".
"Tápense un poco", terciaba Sánchez quien no daba explicaciones de los casos de corrupción que asolan al Gobierno. Para escabullirse, se parapetaba en la reciente condena al expresidente valenciano. "Tápense un poco porque de la A de Ayuso a la Z de Zaplana tiene un caso de corrupción para la letra del abecedario", sentenciaba.
Aunque lo que más le afectaba a Sánchez eran los reproches de la exministra y líder de Podemos, Ione Belarra. "Me indigna que, mientras algunas, estábamos intentando meter la congelación de los alquileres en el escudo social había gente que estaba metiendo la mano en la caja", afirma en la sesión de control quien comparaba a Ábalos con "el hermano de Ayuso".
La cara de Sánchez se torcía y con un rictus torcido pedía "disculpas" por "un caso de corrupción" que "lamenta" pero se sumaba al y tú más al reprocharle al PP y Vox que "tapen la corrupción". "Aquí estamos la izquierda", afirmaba Sánchez ante el temor de perder apoyos. Tras esta frase, y visiblemente airado, el presidente del Gobierno se iba de la sesión de control antes de lo habitual, sin escuchar a la vicepresidenta. No eran ni las 9:20. A los pocos minutos, al Gobierno se le abría otro frente al imputar al fiscal general.
