En el Gobierno no ocultan que están incómodos ante el nuevo papel de Podemos. "Cuidado", le advertía la vicepresidenta primera, María Jesús Montero, a la portavoz Ione Belarra durante la sesión de control de este miércoles mientras le acusaba de "alimentar a la derecha" con sus críticas al Ejecutivo.
El partido morado, aprovechando la subida del precio de los alquileres, está renaciendo de sus cenizas. Son apenas cuatro diputados en el grupo mixto, pero están copando los titulares. Tan pronto acusan al Gobierno de inacción, aprovechando la subida del precio de los alquileres, como salen a pedir explicaciones por el caso Ábalos, frente al silencio del resto de los socios, y obviando que ellos también compartieron ejecutivo con el exministro de Transportes.
La tensión continuaba escalando este miércoles durante la comparecencia de la ministra de Vivienda, Isabel Rodríguez. En pleno debate, la líder de Podemos, Ione Belarra le afeaba que fuese propietaria de tres viviendas. La réplica de la ministra no se hacía esperar y sacaba a relucir la mansión de Pablo Iglesias e Irene Montero: "Con mis tres propiedades no tengo para pagar ni la mitad del chalet de Galapagar, lo siento, no me llega", lanzaba la ministra a modo de dardo envenenado.
El diputado de Podemos, Javier Sánchez Serna, le respondía en X, antiguo Twitter, acusándole de "bajeza y evidente mentira". "Queda claro que no quieren sacar presupuestos con Podemos. Que busque al PP", deslizaba a modo de amenaza. A los socialistas se les hace cada vez más difícil hacer alianzas teniendo en cuenta que carecen del apoyo claro de Junts y Podemos.
Una propuesta "inconstitucional"
El Gobierno parecía respirar algo más tranquilo en las últimas semanas. Se habían recuperado las negociaciones presupuestarias con los de Carles Puigdemont, que suelen ser la llave de Pedro Sánchez. El primer paso es sacar adelante la senda de estabilidad, paso previo a los Presupuestos, y cuya votación se ha pospuesto sine die a la espera del Congreso de los separatistas este fin de semana en Calella, de donde saldrá una nueva Ejecutiva de Junts.
La nube se ha evaporado tras la consulta exprés impulsada por Podemos a su militancia. Los morados quieren dejar claro las brechas ideológicas que les separan de los que fueron sus socios de Gobierno en la pasada legislatura. Por eso suben la apuesta y a la espera de que voten los inscritos, que tienen hasta el próximo domingo, los morados tienen en marcha una guerra declarada contra el Ejecutivo Central. O rompen relaciones con Israel y bajan por ley los alquileres un 40% o el PSOE no podrá contar con los cuatro votos de Podemos.
"La legitimidad de esta legislatura se juega en la Vivienda", aseguran desde Podemos al tiempo que desafían y exigen al Gobierno socialista prohibir la compra de vivienda con un fin especulativo y acabar con la empresa Desokupa.
En el Gobierno preocupan estas condiciones y alertan que son "totalmente inviables". Incluso, fuentes del Ejecutivo advierten que alguna, como la de bajar por ley los alquileres un 40%, podría ser "inconstitucional" ya que implicaría bajar el precio a un propietario que tiene una segunda vivienda.
En el seno del Consejo de Ministros hay preocupación con la "ansiedad" de Podemos por rivalizar con Sumar y ser el "protagonista en ese espacio político" . Incluso auguran que veremos "muchos aspavientos" con el tema de la vivienda. También ven inviable la ruptura de relaciones diplomáticas con Israel, no así las comerciales en lo que respeta a material de guerra que afirman que se canceló el pasado mes de octubre de 2023.
Los morados consideran que el ala socialista del Gobierno no está tomando en serio su amenaza por las Cuentas Públicas, mientras el PSOE lo enmarca en una llana voluntad por sacar rédito político y restar peso a Sumar que, sin embargo, pese a haber tensado la cuerda con Vivienda, pierde fuelle y evita entrar en un choque entre socios del Gobierno para preservar la alianza.