Hay una pregunta que inquieta en público y en privado a Moncloa y a Ferraz. Se evidenció el día que le preguntaron a la portavoz del partido, Esther Peña, si el conseguidor de la trama Ábalos, Víctor de Aldama, estuvo alguna en vez en la sede federal del partido. La diputada del PSOE optó por ampararse en la Ley de Protección de Datos para evitar dar más datos. Este miércoles, durante la cumbre hispanolusa celebrada en Faro, Pedro Sánchez trató de eludir una interpelación que era muy concisa: "¿Ha tenido usted algún contacto con el contratista de la trama corrupta, Víctor de Aldama?
Sánchez optó por responder al resto de cuestiones ya que la periodista, al tener un sólo turno en la rueda, decidió hacer una pregunta racimo al agrupar varias. Al ver que eludía la consulta sobre Aldama, la prensa española repreguntó y el presidente del Gobierno optó por defender el rescate de Air Europa, pese a que no se le había preguntado por ello.
Volvió a suceder al día siguiente con la vicepresidenta del Gobierno, María Jesús Montero, cuando acudía al foro Metafuturo en el Ateneo de Madrid. La pregunta empezaba a variar: "¿Por qué el presidente no aclara su relación con Víctor de Aldama?". La ministra de Hacienda esquivaba la cuestión escudándose en que "eran elementos absolutamente fake" y que querían "implicar al presidente del Gobierno en cuestiones que nada tienen que ver con su trabaja y con su desarrollo profesional".
La relación entre Aldama y Sánchez se ha convertido en un tabú. Nadie quiere aclarar, ni en público ni en privado, si el presidente del Gobierno tuvo algún encuentro con el principal empresario de la trama.
Los nervios aumentan si se les pregunta, como apuntaban algunos rumores, que existía un documento gráfico entre Sánchez y Aldama que probaría que ambos han coincidido en varias ocasiones. El rumor, como antesala a la noticia, se confirmaba este domingo al ver la instantánea publicada en El Mundo. El fotógrafo fue Koldo García y se produjo en un mitin en Madrid de Pepu Hernández y al que acudió el presidente del Gobierno.
Otra cuestión que tratan de esquivar es la de los USB de Ábalos. El exministro solicitó la semana pasada al juez que instruye el caso que le devuelvan las dos memorias portátiles que incluirían información "personalísima". Pese a salir publicado en distintos medios, la ministra portavoz, Pilar Alegría, optaba por responder un lacónico: "No sé ni de lo que me habla". Lo hacía este pasado martes en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros cuando Libertad Digital volvía a preguntar tras un año y medio.
En privado, los nervios son palpables. Hay desconocimiento y también temor sobre si, como se ha publicado, los USB tendrían "información sensible" para La Moncloa con conversaciones entre Sánchez y el exministro. "Veremos", sentencian algunas fuentes en Moncloa que prefieren esperar a próximos informes de la UCO para ver hasta donde llega el alcance del caso Ábalos.