No fue una, sino tres las peticiones técnicas de solución de los problemas hidrológicos del Barranco del Poyo que recibió Teresa Ribera de manos de la Confederación Hidrográfica del Júcar. Y la última fue sólo dos años antes de las devastadoras inundaciones valencianas que han dejado un saldo de más de 200 muertos. En noviembre de 2022, de hecho la Confederación señaló en un informe que "considera prioritaria una solución integral al riesgo de inundación en los barrancos del Poyo y la Saleta".
El texto de esta última exigencia se hizo público el "09/11/2022". Y su redactado destacó distintas cuestiones. Para empezar, que habían "finalizado los trabajos de eliminación de vegetación y retirada de sedimentos del cauce en el barranco del Poyo, en Quart de Poblet, a la altura del Parque Logístico del Puerto de València ubicado en Riba-roja de Túria"; que "con ello se mejora la capacidad hidráulica del cauce y se facilita el desagüe de las aguas pluviales del polígono en episodios de fuertes precipitaciones; que la "actuación forma parte de una solución integral al problema del riesgo de inundación asociado a los barrancos del Poyo y la Saleta"; pero que con eso no valía, que faltaba, de hecho, la "solución integral" completa.

