Hasta 6.000 personas acuden todos los días a la iglesia de Catarroja porque no tienen otro modo de conseguir alimentos, productos de higiene, de limpieza o máquinas para limpiar el lodo de sus casas. Varios voluntarios organizan los pedidos, los llevan a los domicilios de las personas que no se pueden desplazar y hacen inventario de los productos que han ido donando personas procedentes de todas las provincias de España.
Además, en este punto, reparten comidas y cenas calientes a miles de personas que no disponen de electrodomésticos para calentar la comida. Y la riada se ha llevado sus coches, por lo que no pueden reponerlos de ninguna forma. Un punto de atención médica recibe a los vecinos que lo necesitan y una profesional atiende a aquellos que precisan ayuda psicológica. Todo ello en la misma iglesia donde los bancos han tenido que ser retirados y se han llenado de estanterías con ayuda que ahora mismo los vecinos agradecen todos los días.