Por segundo año consecutivo, la presidenta del Congreso, Francina Armengol, ha vuelto a hacer un discurso político en los actos institucionales por el día de la Constitución. La tercera autoridad del Estado ha asumido todo el programa de Pedro Sánchez y ha afirmado que "urge" luchar "contra la profunda desigualdad económica", "involucrarnos" en el "reparto equilibrado de riquezas", " garantizar el derecho a una vivienda digna", "apartar los discursos negacionistas" y "combatir la desinformación, porque erosiona los sistemas democráticos".
La afirmación llega justo en un momento en el que, desde el Gobierno, se ataca a los medios críticos que publican noticias sobre la presunta corrupción de la mujer de Sánchez y algunos de sus ministros. La presidenta del Gobierno, en un discurso en el que ha abusado de los géneros para incluir siempre a hombres y mujeres, también ha pedido "actualizar y revigorizar los valores en los que fue asentada" la Constitución.
Armengol ha admitido que es "consciente" de que "es más importante cumplir la Constitución que reformarla" pero ha deslizado que resulta "gratificante comprobar que es posible, aunque difícil, modificar puntos a través de grandes consensos". "Nuestra Carta no es inamovible", ha señalado en otro momento para pedir, a continuación, "una revisión generosa y flexible acorde con las necesidades de la sociedad".
El objetivo es blindar "los derechos" que, a juicio de Armengol, están en peligro. La presidenta del Congreso lo ha deslizado aprovechado una frase de la exdiputada del PSUC, María Dolors Calvet, que ha afirmado que "los derechos son revocables y hay que pelearlos día a día". Una discurso que entronca con el argumentario socialista que alerta de la posible pérdida de derechos si llega al poder un Gobierno de PP y Vox. "Estaremos dispuestas a luchar para que ni uno solo de nuestros derechos vuelva atrás", afirmó Armengol citando a la exdiputada comunista.
En su discurso, también ha recordado el franquismo al que definió como "una época reaccionaria, totalitaria y oscura, cuya memoria aún estamos reparando". Un pasado que contrasta con la actualidad en la que hay "una política útil" en la que el Congreso de los Diputado "permite" que se "hablen las diferentes lenguas de nuestro territorio" y se hace "justicia" al "visibilizar" el "importante papel de las mujeres en nuestra historia".
Sánchez concreta los cambios
El presidente del Gobierno, que ha rechazado responder a preguntas, ha concretado un poco los cambios que se deberían hacer en la Carta Magna. Pedro Sánchez ha defendido que "la mejor manera de reivindicar nuestra Constitución es cumplirla" y que también hay que "reformar algunos de sus artículos" para "blindar derechos ante un avance reaccionario".
El líder socialista ha citado la ponencia del PSOE en el Congreso de Sevilla, que pide incluir en la Carta Magna el aborto, el matrimonio igualitario o la revalorización de las pensiones. La cuestión es si la modificación se quedaría ahí o iría más lejos. Algunos de los socios del Ejecutivo, como la líder de Podemos, Ione Belarra, ha pedido "una nueva Constitución" que ponga fin "al régimen del 78".
Sánchez también ha aprovechado para recalcar que, bajo su presidencia, "todos los territorios están cumpliendo con la Constitución a diferencia de lo que pasaba en el pasado". Incluso ha ido más allá y, aprovechando la DANA de Valencia, ha cargado contra los "Gobierno negacionistas", en referencia al Ejecutivo del popular Carlos Mazón, porque "son más peligrosos que la emergencia climática". Sánchez les ha reprochado no cumplir con el artículo 45 que, en su punto dos, asegura que "los poderes públicos velarán por la utilización racional de todos los recursos naturales".

