Cada vez que Yolanda Díaz sale a la rueda de prensa del Consejo de Ministros, la comparecencia empieza a adquirir tintes de capítulo de "Matrimoniadas". Esos sketchs cómicos de José Luis Moreno en los que unas parejas mal avenidas discutían en la cama y donde, pese a la tensión, no faltaban las risitas de fondo.
La semana pasada la ministra de Trabajo no dudó en exhibir de manera leve sus diferencias con el titular de Economía, Carlos Cuerpo. Este martes ha ido más allá y ha convertido la mesa en una batalla campal dialéctica con la portavoz del Gobierno, Pilar Alegría. La discrepancia ahora está en la decisión de Hacienda de obligar a tributar el IRPF a todos los que ganan el Salario Mínimo Interprofesional. La medida se llevará el 40% del incremento que se ha aprobado por parte del Ejecutivo que este martes y que ascenderá a 50 euros, hasta los 1.184 euros. Esto rompe la promesa de Díaz que había pedido que la subida fuese "íntegra". Ahora, la vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo se ha defendido asegurando que ella ha cumplido con su parte y ha culpado a Hacienda del cambio en la tributación.
"Me he enterado por los medios de comunicación", ha afeado Díaz en la rueda de prensa tras lamentar que "no hubo debate", "ni deliberación, ni comunicación a ninguna de las partes". Toda la responsabilidad la ha descargado sobre la vicepresidenta primera y ministra de Hacienda, María Jesús Montero, a la que ha acusado de ocultarle el cambio pese a que "conversamos todos los días" y que incluso esa mañana Díaz admitía que se había "sentado a su lado". "Que ella misma responda", ha conminado, dejándole el marrón a la titular de Hacienda.
La ministra de Trabajo ha ejercido más como líder de Sumar que como vicepresidenta y ha recordado que "desde su espacio" son "superpartidarios" de quién "debe pagar impuestos en España". "Creemos que la justicia fiscal empieza por arriba y no por abajo", ha afirmado mientras que ha criticado al sector socialista por hacerle "un regalo fiscal a los rentistas" al prometerles que habrá una exención del 100% del IRPF a los alquileres reducidos. Todo mientras ha puesto como ejemplo que "una peluquera tributa al 16% y una gran corporación al 3%".
A su lado, la ministra portavoz, Pilar Alegría, ha tratado de esquivar las balas y en una indirecta a su compañera de mesa ha pedido hacer "pedagogía" sobre los impuestos "Esa parte que se dicen que se lleva Hacienda va directamente a consolidar los servicios públicos de los que todos los ciudadanos hacemos uso", ha respondido mientras que ha tratado en vano de redirigir el tiro contra el PP y de centrar la importancia en su "satisfacción" por la subida del SMI. "Saltamos pantallas demasiado rápido", ha asegurado.
El cruce de dardos e indirectas no ha parecido molestarle mucho a Díaz quien se estaba riendo mientras hablaba su compañera. De ahí, que la periodista Esther Redondo de la Sexta le haya preguntado qué le hacía tanta gracia. El rostro de la vicepresidenta segunda ha tornado en desconcierto y furia. En ese momento, ha preferido justificar sus risas por la tirita en un dedo de Pilar Alegría, que se vio a la hora de exhibir un gráfico y que justificó con un lacónico: "cocinamos y nos cortamos" . Esta frase le habría impedido a Díaz contener una carcajada durante buena parte de la rueda de prensa. Su actitud ha contrastado con la de Alegría, quien ha exhibido su rostro más tenso durante toda la comparecencia.
Defendiendo al Fiscal
Esta también ha sido la primera rueda de prensa tras el informe de la UCO que ha constatado que el fiscal general, Álvaro García Ortiz, borró sus mensajes de WhatsApp el día que el Supremo le encausó por un presunto de revelación de secretos sobre la pareja de Isabel Díaz Ayuso. Alegría ha asegurado que "este Gobierno mantiene la confianza absoluta" en el máximo responsable del Ministerio Público pese a estar imputado y que ha vuelto a augurar que "la verdad" se impondrá y que "por fin podrán centrarse en los delitos fiscales que sí se han cometido".
La ministra portavoz ha trasladado su "preocupación" por que se hayan conocido detalles de dónde vive Álvaro García Ortiz. "Esta instrucción se abre por una supuesta filtración de los datos de un presunta filtración de datos de un defraudador y lo que estamos viendo en una filtración de datos personales de fiscales y periodistas", ha lamentado.