La muerte de un joven con cáncer destapa la falta de oncólogos en Melilla y acorrala a Mónica García: "No le importamos"
La ciudad autónoma, cuya gestión sanitaria depende del Gobierno, no tiene ni un solo oncólogo y deriva a a todos los pacientes a la península.
En plena polémica por el rechazo de Sanidad a financiar un tratamiento para los niños que sufren leucemia, la muerte de un joven de 25 años en Melilla con un cáncer terminal ha destapado el abandono al que la ministra Mónica García condena a esta ciudad autónoma. Abdel no solo tuvo un diagnóstico tardío, sino que tuvo que ser trasladado a Granada para poder recibir los cuidados paliativos, y la razón es simple y llanamente escalofriante.
"Ahora mismo no hay ningún oncólogo activo, pues, de los dos que teníamos, uno tiene ya 70 años y no puede continuar ni un día más la labor asistencial, y el otro está a punto de cumplir los 70 y ahora mismo está de baja", explica el presidente del Colegio Oficial de Médicos de Melilla. Así, en declaraciones a Libertad Digital, Justo Sancho-Miñano lamenta "una desgracia que ya advertimos de que podía pasar" y denuncia el "abandono" al que les somete Mónica García, de quien depende en último término la gestión sanitaria de la ciudad autónoma.
"Esto es algo que llevamos denunciando meses y meses, y si hay algo inexorable es el paso del tiempo, con lo cual, se sabía que se iban a jubilar y que, además, pueden surgir eventualidades como son las bajas, porque evidentemente uno tiene que tener derecho a ponerse enfermo también", dice el portavoz de los médicos, que asegura que, por increíble que parezca, cada vez que se detecta un cáncer, se deriva a los pacientes a la península —con todo lo que eso supone— y, por lo general, a Málaga.
Abdel pasó sus últimos días en Granada, aunque Sancho-Miñano prefiere no hablar de este caso en concreto, puesto que, casi con toda seguridad, acabará en los tribunales. Sin embargo, tanto él como el resto de los médicos de Melilla esperan que lo sucedido sirva para visibilizar una situación insólita como la que padecen los ciudadanos de esta parte de España. Hoy ha sido Abdel, mañana podría ser cualquiera, lamentan los vecinos.
La responsabilidad del INGESA
Con todo, desde el Colegio de Médicos piden a Mónica García que no haga dejación de funciones, puesto que, tal y como recuerdan, a diferencia de lo que sucede en las comunidades autónomas, en Ceuta y Melilla, la Sanidad no la gestiona un Gobierno regional, sino el INGESA, que depende directamente del Ministerio. "Los 160.000 habitantes de Ceuta y Melilla son los únicos que dependen directamente de Mónica García y son los que más sufren la falta de profesionales", se quejan desde el Colegio de Médicos.
No en vano, aunque la falta de oncólogos es una de las carencias más preocupantes, la situación se extiende a otras especialidades. "La realidad es que no tenemos pediatras en los centros de salud, tenemos únicamente dos cardiólogas y una está de baja, tenemos un otorrino y otro en media jornada…". Y, tal y como explica, esta situación la sufren los pacientes, que no pueden ser atendidos como debieran, pero también los mismos profesionales: "Hemos estado solamente con un otorrino que ha estado cinco meses de guardia, tenemos solamente dos digestivos que se van todos los días más allá de las 15 horas porque no dan abasto, con una lista de espera de más de 1 año para pruebas invasivas… En fin, que la situación es desesperante, y no le importamos nada ni al Ministerio del que dependemos, ni al Ingesa".
Y lo peor, tal y como advierten desde el Colegio de Médicos, es que la situación no tiene visos de mejorar, puesto que la edad de los profesionales que hoy están en activo en Melilla es cada vez mayor: en el Hospital Comarcal, el 30% tiene más de 60 años y no hay que olvidar que los mayores de 55 pueden renunciar a hacer guardias; pero es que, en Atención Primaria, el porcentaje se eleva hasta el 45%.
Zona de difícil cobertura
La solución, insiste, es la misma que llevan años reclamando al Gobierno: "Que active la zona de difícil cobertura en Ceuta y Melilla", ya que, a pesar de ser declaradas como tal en el BOE en febrero de 2023, la realidad es que "no se ha tomado ninguna medida ni económica ni no económica" desde entonces que permita atraer a los profesionales a ambas ciudades, el objetivo último de la medida y lo que permitiría poner fin a una situación absolutamente dramática.
"Las zonas de difícil cobertura son zonas a las que es complicado que la gente vaya, bien por geografía, bien por determinadas circunstancias sociales o porque esté en una zona vaciada —explica el doctor—. Aquí en Melilla, simplemente es porque tenemos el mar por medio y no compensa ni económicamente ni en ningún sentido venir aquí".
Para tratar de revertir esta situación, "todas las regiones, da igual el signo político que tengan, tienen sus zonas de difícil cobertura en las que se implementan medidas económicas y no económicas para que la gente vaya a trabajar", explica el doctor, que denuncia la diferente vara de medir que se utiliza cuando se habla de Ceuta y Melilla, ciudades que, en último término, dependen del Gobierno central. "Aquí seguimos así y, en Baleares, por ejemplo, hubo un problema de oncólogos y se solucionó rápidamente", apunta Sancho-Miñano, quien insiste en que lo mismo sucede "en la España vaciada o en el interior de Valencia", por ejemplo.
La falta de sensibilidad de Mónica García
El abandono al que se ven sometidos es más sangrante si cabe —reconocen—, porque la hoy ministra pertenece precisamente al gremio, aunque, tal y como lamenta el doctor, ella misma ya no parece considerarse del mismo: "En teoría, debería ser más sensible, pero ya en sus declaraciones se la ve como ajena al colectivo. Ya ha dicho por activa y por pasiva que ‘los médicos no van a tener un Estatuto a la carta’". Y subraya: "No van a tener".
Precisamente el anteproyecto del Estatuto Marco es otro de sus campos de batalla: "Es un atropello, una provocación y parece diseñado por el enemigo, en vez de por alguien que quiere mejorar la seguridad y la calidad profesional de los médicos". En un reciente comunicado, el Colegio de Médicos de Melilla desgranaba todas las razones que les llevan a rechazar la polémica propuesta de Mónica García y lo cierto es que la indignación de su presidente es palpable.
"Hacemos guardias cuyas horas no cotizan, no sirven para la jubilación, entre otras cosas; superamos la mayoría de las veces las horas semanales que tenemos que hacer y encima quieren imponernos peores condiciones… No entendemos nada", repite visiblemente enfadado desde una ciudad, Melilla, donde hoy médicos y vecinos solo esperan que la muerte del joven Abdel no sea en vano.
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