Para poder preguntar a Pedro Sánchez, hay que viajar fuera de España. El presidente del Gobierno apenas ofrece ruedas de prensa, solo dos de balance al año y alguna cuando le visita algún líder internacional. Tampoco se prodiga en los medios de comunicación concediendo entrevistas. Por eso, los periodistas aprovechan las ruedas de prensa posteriores a los Consejos Europeos, tanto ordinarios como extraordinarios, para preguntarle sobre lo que allí se ha tratado y también sobre cuestiones nacionales.
En esta ocasión, se acumulaban las preguntas. No solo era la primera vez que respondía a preguntas sobre el aumento del gasto militar, sino que también se pronunciaba sobre la ley orgánica para ceder las competencias de inmigración y fronteras a Cataluña, que el PSOE, junto con Junts, registró este pasado martes en el Congreso. En línea con el argumento del Gobierno, ha defendido que se trata de una "delegación" de competencias y ha presumido que ahora la Policía Nacional, la Guardia Civil y los Mossos trabajan "codo con codo".
Incluso ha asegurado que, pese a las dudas que genera la ley sobre quién estará en la frontera, "no hay compartimentos estancos". Cuando le han preguntado si apoya que el catalán sea un requisito para vivir en Cataluña, tal y como exige Junts, Sánchez ha respondido aludiendo a la Constitución y a la "cooficialidad de tres lenguas". "Se dice que se necesita un conocimiento de las tres lenguas que se hablan en los tres territorios", ha añadido Sánchez, asumiendo parte del argumentario de los de Puigdemont y tergiversando la Carta Magna porque "el deber de conocerla y el derecho a usarla" solo está en el artículo 3.1 y referido al castellano.
Pese a todo, las dudas sobre el trasfondo "racista" de la norma, como afirma Podemos, crecen entre los socios. No solo entre la formación morada, también Compromís o IU empiezan a evidenciar críticas a la cesión de las competencias. Sánchez, al estilo de Cholo Simeone, ha afirmado que está "partido a partido", pero ha aprovechado para dar un rejonazo a los partidos de izquierda que se oponen. "Es curioso que partidos que están diciendo no a esto se denominen plurinacionales", ha afirmado, añadiendo que la norma es "un avance" en el Estado autonómico, pese a que el artículo 149 de la Constitución establece que las competencias sobre inmigración y fronteras son nacionales. El presidente ha aprovechado también para meter su cuña promocional sobre el traslado de la sede de Caixa, que este miércoles anunció que vuelve a Barcelona. "Tenemos que felicitarnos todos porque se ha encontrado un cauce", ha añadido.
A favor de incrementar el gasto en Defensa
Aunque Sánchez estaba en Bruselas para participar en el Consejo Europeo, que ha dado luz verde al rearme de los 27, el jefe del Ejecutivo ha defendido hacer un "esfuerzo anticipado" para alcanzar el 2% de inversión en defensa antes de 2029. El presidente del Gobierno ve bien que se suspendan de forma temporal las reglas de gasto y también ha hablado de nuevas transferencias, "instrumentos mancomunados" o créditos del BEI, pero se ha opuesto a que los fondos de cohesión se destinen a rearmar a los países.
"Hagamos un esfuerzo e invertir más y, sobretodo, invertir mejor", ha asegurado desde Bruselas donde ha pedido que se haga "sobre las necesidades que necesita Europa, no cada país". El presidente del Gobierno ha pedido que se aproveche para "aumentar la competitividad e innovación" con "un sector de alta tecnología que refuerce a los usos civiles". La cuestión es cómo lo hará para lidiar con sus socios que, poco mucho que lo disfrace de I+D, se oponen al aumento del gasto militar. No sólo Sumar o Podemos está en contra. También los partidos separatistas que le sostienen. Sánchez ha terciado que espera encontrar "en la mayoría" "una respuesta positiva" aunque no sea "del 100%".
Obviando los tiempos de líder de la oposición, cuando aseguraba en las entrevistas que hay que eliminar el ministerio de Defensa, ahora Sánchez ha asegurado que "nos va la vida en ello" y que el aumento del gasto militar es "un seguro de vida". En lo que no parece muy favorable es en el envío de tropas al Ucrania como exige el primer ministro británico, Keir Starmer. "Todavía estamos en guerra", ha respondido Sánchez quien ha lanzado una pregunta: "¿Tenemos la certeza de que Rusia quiere la paz?" Más tarde, se ha autorespondido: "No lo parece, siguen los ataques, siguen la guerra". Y de paso evitaba pronunciarse sobre si se deberían enviar tropas sobre el terreno si fructifica el acuerdo entre Rusia y EEUU con Ucrania como mero espectador.