La relación entre el presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, y el Gobierno nunca ha sido una de las más cordiales, sin embargo, esta se ha recrudecido estos últimos años por sus discrepancias notorias con las formas del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y sus constantes cesiones al separatismo. Tanto es así que el secretario general de los socialistas castellanomanchegos es considerado como el único díscolo socialista que queda al frente de una comunidad autónoma y uno de los pocos que hay dentro del PSOE.
Así, esta relación se ha vuelto todavía más tensa esta semana tras el pacto de los socialistas con Junts para la redistribución de los inmigrantes menores no acompañados acogidos en Canarias que beneficia a Cataluña con respecto a las demás autonomías. Un acuerdo que Page ha criticado de forma tajante asegurando que el Gobierno de Sánchez "no tiene política de inmigración" y que todo aquello que propone son "parches".
Esta crítica ha sido reprendida por varios dirigentes socialistas comenzando por el presidente de la Generalidad de Cataluña, Salvador Illa, que le ha exigido "lealtad" a las siglas del PSOE; siguiendo con el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, que le ha afeado al líder de los socialistas de Castilla-La Mancha no tener en cuenta "el contexto"; o el ministro de Memoria Democrática y Política Territorial, Ángel Víctor Torres, que directamente se ha ofrecido a explicarle a Page los puntos positivos del acuerdo asegurando que este se posicionaría a favor del acuerdo cuando lo entendiese.
"Seré yo quien se lo explique"
En este contexto, Page se ha rebelado contra los ministros socialistas que se han ofrecido a explicarle el acuerdo, entre los que también se encuentra la vicepresidenta del Gobierno y ministra de Hacienda, María Jesús Montero. "A todos los que quieren explicarme cómo funcionan las cosas les estoy enormemente agradecido, pero me temo que voy a ser yo el que les explique cómo son las cosas con muchísimo detalle", ha espetado Page.
De esta forma se ha pronunciado el barón socialista en declaraciones a los medios de comunicación tras la firma del convenio de adhesión de la Junta a la candidatura de Toledo como Capital Europea de la Cultura 2031, en la que ha recriminado al Gobierno que no haya "tenido el coraje" de explicar el pacto antes de ser aprobado y negociarlo con las demás comunidades autónomas, lo que, a su juicio, era "una ocasión de oro" para hacer las cosas "como Dios manda".
En el mismo sentido, Page ha subrayado tener "las cosas muy claras" y su posición fijada, alejada de los "populismos" y "falsas alharacas". "Hay algunos presidentes autonómicos que se permiten hablar de solidaridad o de lealtad, pero a la chita callando son beneficiarios de las imposiciones de Puigdemont", ha sentenciado en clara alusión al también exministro de Sanidad Salvador Illa.