A más de un socialista se le ha indigestado el desayuno esta semana. Ya fuera pan con tomate y aceite o un simple cruasán, cualquier bocado resultaba difícil de tragar al asomarse a la prensa digital o impresa y ver las andanzas de Leire Díez junto a sus secuaces, Dolset y Teijelo. "No quiero creérmelo", admitía un diputado socialista, como quien se aferra a la incredulidad y prefiere desconfiar de los audios en los que se pide apartar al teniente coronel de la UCO, Antonio Balas.
La conmoción es generalizada, especialmente por las formas "chapuceras" que varios reconocen. "En una reunión telemática, que sabes que es fácil de grabar, hablar en esos términos...", tercian otros. Incluso en el Gobierno hay quien expresa desconfianza por la actitud de Díez. "Fontaneros no hay, y chapuzas menos", ironizan, asegurando que si el PSOE quisiera montar unas cloacas, lo haría con más discreción.
"Yo lo único que oigo es a una señora diciendo locuras en una reunión", aseveran desde el Ejecutivo, mientras recalcan que "prometió algo que no podía cumplir, y no se cumplió". Pese a todo, en el Gobierno temen estar perdiendo la batalla mediática, aunque creen que para el ciudadano medio es muy difícil "decodificar" la avalancha de audios que siguen apareciendo sobre Leire Díez, de la que ahora todos reniegan. "Te desespera", admite una fuente de Moncloa, que muestra su hartazgo ante la cantidad de "bombas de racimo" que aseguran estar recibiendo.
De momento, Ferraz solo ha abierto un expediente informativo a Leire Díez, sin aplicar medidas cautelares; una laxitud que contrasta con la dureza mostrada en su momento con el exdiputado, Tito Berni, o con el exministro, José Luis Ábalos, a quienes se suspendió de militancia. En privado, muchos socialistas creen que no se está haciendo lo suficiente para marcar distancias con Leire Díez.
"Llegamos con un mensaje claro en contra de las cloacas. No puede quedar la duda de que caemos en esos vicios", sentencian algunos diputados destacados, que piden actuar. Cada vez son más las voces que exigen hacerlo "con contundencia". En esa línea, el presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, urgía a Ferraz a presentar querellas criminales por las "acusaciones muy graves" vertidas contra él, ya que es necesario "proteger el buen nombre del PSOE y de las instituciones".
Más lejos ha ido el expresidente de Aragón, Javier Lambán, que ha pedido a uSánchez que convoque elecciones para "acabar con esta agonía"; una frase que ha generado unanimidad interna... pero en su contra. "¡Qué novedad! Que el señor Lambán esté siempre en una posición crítica con este Gobierno", ironizaba el portavoz Patxi López. En el socialismo aragonés, donde el lambanismo ha sido desterrado, prefieren ignorarlo. "Se representa a sí mismo", sentencian.