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La Conferencia de Presidentes naufraga sin acuerdos: "El país es un puzzle roto"

El Gobierno rechaza de plano cualquier propuesta del PP y sólo cinco comunidades aceptar su nuevo plan de vivienda

El Gobierno rechaza de plano cualquier propuesta del PP y sólo cinco comunidades aceptar su nuevo plan de vivienda
Sánchez durante la Conferencia de Presidentes. | EFE

La frase más pesimista sobre la Conferencia de Presidentes no vino de ninguno de los 13 presidentes autonómicos del PP que pidieron a Sánchez que convoque elecciones. La sentencia más categórica la pronunció el barón castellano-manchego, Emiliano García-Page, tras salir "enormemente decepcionado" de la reunión: "La sensación para cualquier español que la hubiera visto es que el país es un puzzle roto", afirmó en su rueda de prensa posterior. El único presidente autonómico del PSOE con mayoría absoluta cree que hay "piezas averiadas" y que estamos ante un clima "asfixiante".

La XXVIII Conferencia de Presidentes celebrada en el palacio de Pedralbes en Barcelona finalizó sin acuerdos. Solo cinco comunidades (País Vasco, Cataluña, Navarra, Asturias y Canarias) se han sumado al compromiso del presidente para triplicar la inversión en vivienda, pero la propuesta tiene truco: Moncloa promete aportar el 60 % pero el 40 % restante debe ser financiado con recursos propios de las comunidades. De ahí que Castilla-La Mancha, pese a estar gobernada también por el PSOE, se haya descolgado. La ministra de Vivienda, Isabel Rodríguez, pidió a Page "reconsiderar su postura".

Las propuestas en materia de vivienda presentadas por el PP fueron rechazadas de plano por Sánchez. En el Gobierno no dudaron en arremeter contra la presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso, por proponer "la liberalización del suelo". Rodríguez incluso llegó a culpar a estas políticas de "la crisis de la vivienda", a pesar de que el incremento descontrolado del alquiler se ha producido en los últimos años.

La sensación unánime es que la Conferencia ha naufragado. En privado, todos culpan al formato: "una sucesión de monólogos que no incentiva el debate", aseguran algunos barones, que reprochan además que no se someta nada a votación. Para la cántabra María José Sáenz de Buruaga, Sánchez ha aprovechado "para tapar sus escándalos". El gallego Alfonso Rueda lamentó que "los gallegos se van sin nada", y el aragonés Jorge Azcón lo resumió en una frase: "No hay nada positivo que comunicar". En términos similares se expresó el presidente de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco, quien lamentó "una ocasión perdida".

A vuelta con los pingamillos

Si por algo pasará a la historia esta Conferencia de Presidentes es por ser la primera en la que se usaron pinganillos. Una medida que indignó a la presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso, quien abandonó la reunión durante las intervenciones del lehendakari Imanol Pradales y del presidente catalán Salvador Illa, al hablar en sus lenguas cooficiales. Para el Gobierno, la actitud de Ayuso fue "una falta de respeto". "Ha quedado retratada", criticó el ministro Ángel Víctor Torres. En una rueda de prensa posterior, Ayuso justificó su salida asegurando que "no tiene sentido que en los pasillos estemos hablando en perfecto español entre todos y que luego tenga que ponerme un pinganillo".

Lo cierto es que solo algunos presidentes autonómicos del PP utilizaron los dispositivos. Fueron el gallego Alfonso Rueda, el andaluz Juanma Moreno, el riojano Gonzalo Capellán y la cántabra María José Sáenz de Buruaga. "Con las urgencias que tenemos y en un momento en el que hay posibilidad de llegar a algún acuerdo o inversión, la noticia sea pinganillo sí o pinganillo no. Me parece una broma", aseveró el presidente de la Comunidad Valenciana, Carlos Mazón.

Sánchez rechaza adelantar las elecciones

Uno a uno, los 13 presidentes autonómicos del PP fueron pidiendo a Sánchez que adelante las elecciones. Pedro Sánchez les respondió aprovechando la intervención del presidente asturiano, Adrián Barbón, quien solicitó que la próxima Conferencia de Presidentes se celebre en Asturias: "Habrá ocasión para todas, porque la intención del Gobierno es respetar los tiempos de la democracia y celebrar las próximas elecciones en el año 2027, cuando tocan", apostilló de forma sibilina.

La polémica parecía zanjada hasta que, en la rueda de prensa posterior, el andaluz Juanma Moreno auguró que Sánchez tendrá que convocar elecciones "a palos", porque el PSOE "terminará obligándolo". Una frase que luego fue criticada por el ministro Ángel Víctor Torres, quien tildó al presidente de la Junta de Andalucía de "violento", aunque también valoró "el tono" de la reunión al afirmar que no hubo enfrentamientos. Una apreciación que, en privado, no compartieron varios barones, quienes aseguraron que el encuentro fue mucho más tenso que el celebrado hace seis meses en Santander.

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