
El Partido Socialista sigue en estado de shock ante el caso Cerdán y las pruebas hechas públicas por la UCO. Después de meses atacando a este cuerpo de la Guardia Civil, a los medios y a los jueces, el muro construido por Pedro Sánchez al inicio de la legislatura se ha derrumbado y la coartada de la conspiración contra el Gobierno se ha venido abajo. La estrategia, ahora, pasa por atacar al PP e decir que el caso se limita a "tres militantes", en referencia a Koldo, Ábalos y Cerdán.
Una estrategia antigua que ya empleó Manuel Chaves, expresidente de la Junta de Andalucía, cuando dijo de los ERE que habían sido "tres o cuatro golfos". Después, fue condenado por el Tribunal Supremo e indultado por el Tribunal Constitucional. El portavoz parlamentario del PSOE, Patxi López, ha emulado este martes al histórico socialista al asegurar que "tres personas, tres, aunque fueran muy importantes, tres frente a miles y miles (de militantes socialistas), se dedicaban a alejarse, y mucho, de lo que debe ser un buen socialista". Una idea que ha repetido varias veces.
Declaraciones en la rueda posterior a la Junta de Portavoces que ha rechazado la comparecencia de Pedro Sánchez en el Pleno de esta semana, a pesar de que el presidente dijo este lunes que comparecería "cuanto antes" en el Congreso para explicar el caso Cerdán. El PP ha solicitado una nueva Junta de Portavoces para intentar que el presidente acuda este jueves, dado el apoyo cosechado de Vox, PNV, ERC y Junts. Sin embargo, Sumar y Bildu han salido al rescate del PSOE.
El objetivo del Gobierno y el PSOE es ganar tiempo para resituar el cortafuegos impuesto en torno a José Luis Ábalos y evitar una sangría. Con la dimisión de Cerdán dan por zanjado al asunto, aunque ya se habla de que próximos informes de la UCO apuntan al ministro Ángel Víctor Torres y a la presidenta de las Cortes, Francina Armengol, lo cual dificulta mucho la huida emprendida por Sánchez que dice querer aguantar toda la legislatura.
Para intentar lograrlo, el presidente arremetió ayer contra la oposición, como ha hecho hoy con su tercera carta a la ciudadanía, volviendo a presentarse como víctima de una conspiración en la que la UCO y el PP estarían compinchados. Se trata de deslegitimar a la oposición y, con ello, atacar la alternancia de poder, presentándose como única opción posible que evite la llegada de "la ultraderecha" al Gobierno.
