
Alberto Núñez Feijóo ha elegido a Cayetana Álvarez de Toledo para integrar el Comité Ejecutivo Nacional, según avanzan fuentes del PP a Libertad Digital. El presidente de la formación puede designar a cinco vocales de los 30 que se incorporarán este fin de semana y, entre ellos, estará la diputada del partido. Un gesto al ala liberal, que tendrá hueco en el órgano de gobierno del PP, el segundo nivel en la toma de decisiones después del comité de dirección.
Además de la cúpula, el CEN está integrado por los presidentes autonómicos, los portavoces parlamentarios y cargos de relevancia del partido. Según recogen los Estatutos del PP, se reúne, al menos, una vez al mes y entre sus funciones está la de redactar los programas electorales; ordenar, coordinar y controlar las actividades de la formación y elaborar propuestas que después sean sometidas a la Junta Directiva Nacional, el tercer escalafón en la toma de decisiones del que forma parte a su vez la Ejecutiva.
Álvarez de Toledo destaca siempre por sus intervenciones parlamentarias, especialmente durante las sesiones de control, donde suele interpelar al ministro de la Presidencia, Félix Bolaños, cuyo único recurso para responder al marcaje de la diputada es referirse a ella como "ultra". Es, además, miembro de la Comisión Constitucional y portavoz adjunta del PP en el Congreso, por designación de Miguel Tellado, que deja ahora este puesto en manos de Ester Muñoz.
Doctora en Historia por la Universidad de Oxford, nació en Madrid en 1975, es especialmente combativa con los independentistas, su defensa de la unidad nacional, la libertad y la igualdad la llevó a crear la plataforma cívica Libres e Iguales. Como candidata del PP al Congreso por Barcelona, se enfrentó a un grupo de radicales que le acosaron e insultaron cuando iba a protagonizar un acto en la Universidad de la ciudad.
La amarga experiencia con Casado
Después de romper con Pablo Casado para impedir que entregara el CGPJ a Pedro Sánchez, Alberto Núñez Feijóo la reincorporó a las listas del PP, enviando así un mensaje de integración y unidad en un partido completamente fragmentado, donde la disputa entre distintas familias parecía irreconciliable tras el paso de Teodoro García Egea por la secretaría general.
En su libro "Políticamente indeseable", que cayó como una bomba entre las filas populares y por el que fue duramente criticada por sus propios compañeros, relata sus constantes enfrentamientos con el que fuera número dos del PP. A pesar de ser relegada, decidió continuar en el PP para intentar cambiar al partido desde dentro. La obra fue un aviso sobre la descomposición que acabó produciéndose con Casado al frente del presidencia del partido.