
La información sobre las saunas y prostíbulos de los que se lucró Pedro Sánchez ha estallado como un misil contra el PSOE tras mencionar Alberto Núñez Feijóo en el Congreso de los Diputados los negocios de la familia de Begoña Gómez. Pero lo cierto es que esa delicada información, que incluye hasta una condena a 20 años a una mafia rumana por explotación de mujeres en unos de los burdeles de los Gómez, fue temida por Sánchez desde el inicio y en especial desde la imputación de Begoña Gómez en abril de 2024: la reunión impulsora de la cloaca de Santos Cerdán y Leire Díez Castro, de hecho, abordó este asunto por el miedo del presidente a que Pepe Blanco y José Luis Rodríguez Zapatero usaran esos datos para hacerle caer y salvar los muebles, al PSOE, la presidencia en manos socialistas…y sus negocios.
Santos Cerdán no ha dejado de negar sus contactos con Leire Díez, la fontanera de la cloaca del PSOE encargada de atacar a la UCO, el juez Peinado, la juez Biedma, el abogado de Víctor de Aldama —José Antonio Choclán—, el teniente coronel Balas, el propio Aldama, etc. Pero hay una fecha que le persigue: el 25 de abril de 2024. Ese día por la tarde, fuentes presentes confirman que hubo una reunión en Ferraz a la que acudieron Santos Cerdán y Leire Díez. Había más gente, pero ellos tenían la voz cantante. Libertad Digital ha contactado con una de las personas conocedoras de esa cita e insiste en su veracidad "por mucho que Cerdán siga negando sus contactos con Leire". De hecho, la reunión se hizo por la tarde porque "Leire Díez llegaba en vuelo".
Y Santos Cerdán convocó esta reunión para defender a Pedro Sánchez de todos los casos de corrupción que lo acosan a golpe de ofrecimiento ilegal de beneficios judiciales o de ataques con los que machacar a jueces, guardias civiles o abogados.
Proteger a Sánchez de ataques externos e internos
Pero también porque temían una información muy concreta y un ataque muy identificado: el del fuego amigo. La cita se produjo. Acababa de publicar Sánchez su carta del presidente enamorado. Y el objetivo inicial era proteger a Sánchez de ataques externos e internos, porque el presidente también estaba preocupado por movimientos internos a raíz de la muy reciente imputación de su mujer, Begoña Gómez.
El temor de Sánchez se expuso en la reunión: que José Luis Rodríguez Zapatero o Pepe Blanco quisieran salvar sus negocios haciendo caer en una voladura controlada al propio Sánchez. Y el material temido era justo la información de las saunas y prostíbulos. Porque el PSOE la conocía ya.
Aquella cloaca evolucionó. Lo hizo con las causas judiciales. Y fue incorporando objetivos a batir porque lo que pensaba Sánchez que se iba a derretir ha acabado desvelando una multiplicidad de negocios y prácticas presuntamente corruptas del Gobierno.
La carta a la ciudadanía del presidente
Las referencias incluso oficiales encajan con esa fecha: la carta a la ciudadanía de Pedro Sánchez fue colgada en X el 24 de abril de ese mismo año. El día 25 estuvo marcado por las reacciones a esa carta. Pedro Sánchez se tomaba cinco días para reflexionar, decía, tras la apertura de diligencias contra su esposa, Begoña Gómez, por un presunto delito de tráfico de influencias. El presidente lo anunció en su carta a la ciudadanía el miércoles por la tarde. Cancelaba su agenda pública y al lunes siguiente diría si dimitía o no.
El Gobierno y el PSOE entraban en shock, pero unos más que otros. Porque una unidad de élite permaneció operativa para controlar los daños. Y en ese gabinete de crisis estaban María Jesús Montero, Félix Bolaños, Óscar Puente y Santos Cerdán. Santos Cerdán, justo el que las fuentes de Libertad Digital sitúan en la reunión del día 25 por la tarde con Leire Díez y otras personas.


