
El Gobierno vasco liderado por Imanol Pradales y Osakidetza -sistema de salud vasco- han puesto en marcha Itzulbide, un traductor neuronal de textos clínicos que utiliza inteligencia artificial y que permitirá a los sanitarios redactar en euskera los informes médicos, aunque el paciente hable en español.
Según explicó el Ejecutivo de Imanol Pradales, el objetivo es "facilitar el trabajo del personal sanitario cuando las consultas médicas se desarrollan en euskera" y "garantizar los derechos lingüísticos de pacientes y profesionales". Con esta herramienta, un médico puede introducir en la Historia Clínica información en euskera y otro profesional podrá traducirla al español con un solo clic.
La medida, que se enmarca en el Pacto Vasco de Salud y en el III Plan de Normalización del Euskera de Osakidetza (2022-2028), busca incentivar que los informes se emitan en euskera. Hasta ahora, lo habitual era que, aunque la atención se realizase en esta lengua, la transcripción quedara en español para evitar problemas de comprensión.
El 72% prefiere ser atendido en español
El Gobierno vasco justifica este gasto alegando que "cada vez hay una mayor demanda en relación al uso del euskera en la Historia Clínica". Sin embargo, los datos oficiales indican que Pradales y su Ejecutivo mienten: el 72,4% de los vascos prefiere ser atendido en español en la sanidad pública, y sólo un 16% solicita hacerlo en vasco. Dicho de otro modo: mientras el separatismo vasco no deja de intentar adoctrinar y meter el euskera con calzador, cada vez son más los vascos que utilizan el español.
El desarrollo de Itzulbide ha corrido a cargo de la Universidad del País Vasco (UPV/EHU) y de la Fundación Elhuyar. Más de 200 sanitarios han colaborado en la creación del corpus lingüístico bilingüe con el que se entrenó el motor de traducción.
El proyecto se puso en marcha en 2021 y, entre contratos y actualizaciones, ya supera el medio millón de euros en gasto público: 360.000 euros iniciales más varias adjudicaciones posteriores (179.000 € a la UPV en 2023, 110.800 euros a la empresa Eleka Ingeniaritza Linguistikoa y 13.500 euros más en 2025 para mantenimiento). En total, el gasto asciende hasta los 663.300 euros.
El Ejecutivo vasco quiere que la herramienta esté desplegada en toda la red de la sanidad vasca antes de que termine el año, en un momento en el que la sanidad vasca arrastra una seria escasez de médicos que ya ha obligado a rebajar las exigencias lingüísticas para poder contratar profesionales.



