
Conciertos de Macaco y Lluís Llach, batucadas, talleres, mítines y fiestas populares marcan el prólogo de la partida de la que ha sido calificada por sus promotores como la mayor flotilla "humanitaria" de la historia, la "Global Sumud ("perseverancia en árabe") Flotilla", punta de lanza del "Movimiento pacifista, eco‑friendly y unido contra el Genocidio", según propia definición.
La flor y nata del antisemitismo se da cita en una iniciativa que convierte a Barcelona en la capital de Palestina. Hace tres días el alcalde de la ciudad anunciaba desde Jordania que Gaza y las ciudades palestinas pasaban a formar parte de la organización de Barcelona como el distrito undécimo. Recuperaba así una iniciativa de Pasqual Maragall en el marco de la reconstrucción de Sarajevo tras la Guerra de los Balcanes.
También prometió doblar las ayudas a la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina (UNRWA), que ha tenido a sueldo a terroristas tanto de Hamás como de Hezbolá, algunos de ellos implicados en la masacre del 7 de Octubre, el mayor ataque contra los judíos desde la Segunda Guerra Mundial.
Además, en el curso de la respuesta militar israelí se han encontrado instalaciones de Hamás bajo escuelas de la UNRWA, en algún caso con la conexión eléctrica de la propia escuela.
Protección de los Mossos
En paralelo, la flotilla, en la que se embarcarán Greta Thunberg y Ada Colau, se prepara para partir este domingo al mediodía en medio de un despliegue de seguridad de los Mossos en el que también participan la Policía Portuaria y la Guardia Urbana de Barcelona, según destaca Crónica Global.
El Moll de la Fusta (el Muelle de la Madera) es el punto donde se celebran las actuaciones y el que centra el operativo de seguridad para evitar cualquier incidente, aunque no está prevista precisamente ninguna protesta de grupos favorables a Israel. El propósito de los Mossos, explica el citado medio, es que en las actividades previas a la partida y en la propia partida no haya incidentes y que afecten lo menos posible al operativo habitual de las instalaciones portuarias. En el lugar también hay diferentes carpas, una de ellas de la organización Open Arms.
Los promotores de esta flotilla esperan llegar a Túnez el próximo 4 de septiembre para juntarse con el resto de embarcaciones y tratar de desembarcar en Gaza. Ya ha habido varias flotillas de este tipo, cuyo verdadero propósito no es desembarcar en Gaza ni entregar ayuda humanitaria sino tratar de provocar un conflicto diplomático con Israel.

