La ministra de Defensa, Margarita Robles, ha sufrido este jueves un episodio de tensión y politización forzada durante la botadura de la fragata F-111 en Ferrol. En un acto que debía rendir homenaje al esfuerzo de la Armada Española y a los trabajadores de Navantia, el respeto institucional fue pisoteado por la militancia ideológica.
En el momento en que Robles iba a entregar una placa de agradecimiento a los trabajadores, un miembro del comité de empresa aprovechó la ocasión para desplegar una bandera de Palestina. El gesto, claramente fuera de lugar en un acto militar y técnico, desató el malestar inmediato de la ministra.
Visiblemente molesta, Robles pidió a los sindicalistas que abandonaran el estrado, rechazando que se convirtiera un acto institucional en una manifestación política. Uno de los trabajadores intentó tomar la palabra, pero la ministra lo cortó con firmeza, subrayando que "aquí no venimos a hacer política", sino a "sentirnos orgullosos de nuestra Armada".
Robles, que en otras ocasiones ha sido ambigua frente a ciertos discursos de su propio gobierno, recriminó abiertamente a quienes buscan protagonismo y fotos utilizando el contexto del conflicto en Gaza para generar confrontación incluso en actos dedicados a la defensa nacional.