Los últimos meses han sido la explosión de un acercamiento, contacto, negociación y lobby largamente mantenido. Y es que la predilección de José Luis Rodríguez Zapatero por el gigante comunista, por la dictadura china, cuenta con dos décadas de crianza. Dos décadas que coinciden con el acercamiento y hermanamiento con la dictadura venezolana.
En 2004, nada más llegar al poder, Zapatero mostró su predilección por Venezuela. Lo hizo por medio de su recién elegido embajador, Raúl Morodo, a indicación de José Bono. Y de aquellos polvos chavistas vienen los actuales lodos y postración al régimen narcodictatorial de Nicolás Maduro.

