
Podemos y Junts se han erigido en los principales frenos a la acción legislativa del Gobierno. Sin embargo, el Ejecutivo evidencia una estrategia desigual. Mientras endurece el discurso contra Podemos, evita confrontar abiertamente a Junts y opta por una política de concesiones con la que busca suavizar su negativa.
En el seno del Gobierno lamentan el cruce de reproches entre Podemos y Junts, y advierten de que este tipo de enfrentamientos no contribuye a reforzar la estabilidad parlamentaria que requiere la legislatura y desmotiva a la ciudadanía. Desde el Ejecutivo se censura abiertamente la actitud de la formación morada por "denostar" las políticas del propio Gobierno, una postura que interpretan como parte de una estrategia puramente electoralista. Aun así, en Moncloa confían en que, ante unos Presupuestos con mayores dotaciones en materia social, su electorado no entendería un voto en contra.
"Tienen que intentar rebajar sus pretensiones", señalan fuentes gubernamentales, que adelantan la intención del Ejecutivo de ofrecer a todos sus socios "asuntos que les compensen", en un intento por recomponer puentes y asegurar apoyos. Podemos podría respaldar unos Presupuestos que lleven su sello, sin llegar a exigir que se cumpla al completo su listado de condiciones, entre las que figuran propuestas como la ruptura de relaciones diplomáticas con Israel o una rebaja legal del 40% en el precio de la vivienda.
Junts exige garantías tangibles antes de avanzar en las negociaciones, razón por la cual se ha producido el encuentro en Suiza entre José Luis Rodríguez Zapatero y Carles Puigdemont, en un contexto marcado por una creciente desconfianza mutua y la necesidad del PSOE de consolidar apoyos de cara a la aprobación de los Presupuestos. En el horizonte inmediato se perfila la votación en el Congreso sobre el traspaso de las competencias en materia de inmigración a Cataluña aunque una de las demandas clave de Junts sigue siendo el retorno de Puigdemont con garantías jurídicas. Algo que defiende públicamente el Gobierno.
Pese a que la estrategia de Podemos guarda similitudes con la que ha adoptado Junts, en el Gobierno marcan distancias. La bronca constante entre PSOE y Podemos no se parece en nada a la docilidad con la que el Gobierno se pliega ante Junts, cumpliendo con su acuerdo de investidura.

