
El paso del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, por la comisión de investigación del caso Koldo ha servido para dejar en evidencia, una vez más, la falta de respuestas del Gobierno sobre la corrupción que le rodea. Desde el primer momento, el interrogatorio estuvo marcado por la tensión y la confrontación entre los intervinientes, convirtiendo la sesión en un debate muy bronco.
Lejos de ofrecer explicaciones, Sánchez optó por elevar el tono y convertir su comparecencia en un pulso político, arremetiendo contra los partidos de la oposición y denunciando el uso de la Cámara Alta para lo que calificó como una "caza de brujas". Una estrategia que, más que disipar dudas, pareció destinada a rearmar el relato burlón con el que el Ejecutivo busca blindarse frente a la corrupción que salpica a su entorno más próximo.
Tras más de cinco horas de comparecencia, el jefe del Ejecutivo dejó tras de sí más sombras que certezas. Los silencios, las evasivas y las contradicciones marcaron su intervención, en la que el recurrente "no me consta" se convirtió en su principal escudo avivando las sospechas sobre la posible implicación del Gobierno, del PSOE y del propio entorno familiar de Pedro Sánchez en los casos de corrupción que lo cercan.
"La banda del Peugeot"
"¿Me está preguntando cuántos íbamos en el Peugeot?", le replicó Sánchez a la diputada de UPN, Mar Caballero, cuando esta le inquirió por los acompañantes de aquel viaje: José Luis Ábalos, Koldo García y Santos Cerdán, todos ellos hoy bajo la lupa de la justicia. "Pues Señoría, depende del día", respondió entre carcajadas y frases impregnadas de sarcasmo. Con gesto altivo, Sánchez remató: "no es que me lo esté pasando bien, es que es una pérdida de tiempo".
Tampoco quiso ofrecer claridad sobre si durante aquel recorrido por España escuchó comentarios despectivos hacia mujeres. Se limitó a zanjar el asunto con un conciso "no me consta haber escuchado comentarios soeces".
"El hermanísimo"
Sánchez eludió, pese a la insistencia del senador del PP Alejo Miranda, responder a una cuestión concreta sobre la residencia de su hermano en Portugal. "¿Qué tiene que ver con el objeto de esta comisión?", replicó Sánchez, dirigiéndose al propio presidente de la comisión para esquivar la respuesta. Una maniobra que volvió a poner de relieve su estrategia de desvío, tras haber aprovechado buena parte de la sesión para cargar contra el líder del Partido Popular, la presidenta madrileña Isabel Díaz Ayuso y el valenciano Carlos Mazón.
Txistorras, soles, lechugas y folios
"No sé exactamente a qué se refiere", respondió Sánchez al ser interpelado por las "txistorras", "soles", "lechugas" y "folios", las palabras utilizadas por Koldo García y José Luis Ábalos, según los informes de la UCO y que hacían referencia a los billetes de 500, 200,100 y 50. "Desde luego nosotros no utilizamos esos términos en clave", zanjó el presidente, tratando de desviar la atención sobre el conocimiento que el propio Sánchez pudiera tener de las prácticas del que fue su entorno más próximo.
La 'fontanera' del PSOE
Preguntado por si Leire Díez trabajaba para el PSOE o había realizado algún encargo para el partido, Sánchez despachó la cuestión con un escueto "que me conste a mí, desde luego que no". Tampoco ofreció mayor claridad respecto al 'pendrive' que Díez entregó en la sede socialista. "Nosotros lo que hicimos con ese pendrive fue inmediatamente ponerlo en manos de la Fiscalía y veremos cuál es el recorrido que tiene", afirmó el presidente, evitando profundizar en un episodio que sigue rodeado de incógnitas.
El Parador de Teruel
También se le preguntó por uno de los episodios más polémicos en la trayectoria del exministro José Luis Ábalos: el del Parador de Teruel, donde presuntamente se habría celebrado una fiesta con prostitutas. El Gobierno ha pasado del tajante desmentido de la ministra portavoz, Pilar Alegría, quien afirmó en esta misma comisión de investigación en el Senado que "jamás hubo una fiesta con prostitutas en el Parador de Teruel", al ambiguo "no me consta" de Sánchez este jueves. Un cambio de tono que deja en el aire el episodio.
El guardián de los avales
Sánchez ha tratado en todo momento de blindar la financiación del partido y de defender la limpieza de las primarias que le auparon a secretario de organización, pese a que algunas conversaciones entre Santos Cerdán y Koldo García apuntan a posibles amaños en ese proceso de 2014. "Cuando termine apuntas como que han votado esos dos que te faltan sin que te vea nadie y metes las dos papeletas", indicaba Cerdán a Koldo, una presunta irregularidad que el presidente restó importancia. "Efectivamente ha aparecido alguna conversación de si ha habido dos votos que se pusieron en una urna de una determinada agrupación de un pequeño municipio de Navarra. Ese proceso de primarias lo gané por 17.000 votos de diferencia", afirmó.
En todo caso, Sánchez se desvinculó por completo de la decisión de que Koldo García ejerciera como guardián de los avales. "No recuerdo ahora mismo quién tomó la decisión, no la tomé yo, pero se decidió que fuera Koldo García y no hay mucho más que decir", zanjó.
Las cartas de recomendación
Sánchez ha negado que su mujer recomendara al empresario Juan Carlos Barrabés, imputado en el caso Begoña Gómez: "No son cartas de recomendación, no hay ningún tipo de irregularidad", sostuvo, al tiempo que defendió que su mujer "nada tuvo que ver con el rescate de Air Europa".
Contradicción con Aldama
Sobre el comisionista Víctor de Aldama, Pedro Sánchez se vio envuelto en contradicciones. En un primer momento, el presidente admitió conocerlo: "No recuerdo cómo lo conocí, seguro que lo conocí en algún contexto, que apareció en algún mitin del PSOE, o en el cumpleaños de Ábalos". Sin embargo, minutos después negó rotundamente cualquier vínculo: "Yo no conozco ni he tenido relación con el señor Aldama ni tampoco he estado en absoluto reunido con él".
Pagos en efectivo
Sánchez no ha precisado ni fechas ni cantidades concretas de los pagos en efectivo que habría recibido del PSOE, aunque se ha apresurado a negar que superaran los 1.000 euros. Eso sí, consideró "normal" que otros miembros de la dirección del partido pudieran percibir importes similares, restando importancia a un mecanismo que sigue generando sombras. Tampoco ha sabido concretar cuánto dinero recibió Ábalos del partido.
Despacho del gerente del PSOE
Al igual que su hermano, David Sánchez no sabía donde se encontraba el despacho en el que trabaja en la Oficina de Artes Escénicas, Pedro Sánchez no ha sabido responder en qué planta se encuentra el despacho del tesorero del PSOE que le habría entregado el dinero en efectivo. "No lo sé, desgraciadamente ahora mismo tengo poco tiempo para ir a la sede del partido socialista", se excusó el presidente.
Ábalos: socialista y feminista
Sánchez no ha sido capaz de aclarar si, cuando cesó a José Luis Ábalos, estaba al tanto de las andanzas del exministro, a quien, no obstante, ha elogiado por su gestión al frente de Transportes. En todo caso, se ha cuidado de no repetir la frase que el propio Ábalos pronunció, haciendo alarde de ser "socialista y feminista", tras la polémica generada por sus comentarios sobre mujeres. Tampoco ha logrado arrojar luz sobre el presunto pago a prostitutas con dinero público por parte de Ábalos, limitándose a señalar que será la Justicia quien lo dirima, esquivando así cualquier pronunciamiento que comprometa al Ejecutivo.
El suegro como financiador
"El que mi suegro, que en paz descanse, pudiera o no donar como particular, eso no tengo información sobre ello y desgraciadamente no puedo responder", sostenía Sánchez al ser preguntado sobre si las saunas donde presuntamente se ejercía la prostitución habrían financiado al PSOE.
'Delcygate'
En relación con el encuentro entre Delcy Rodríguez y José Luis Ábalos, Sánchez afirmó desconocer que la vicepresidenta venezolana tenía prohibida la entrada en España y subrayó que no resulta extraño que el jefe del Ejecutivo no esté al tanto de todas las visitas de mandatarios. Sin embargo, ante las preguntas del senador del PP sobre si "descargaron maletas", el presidente respondió con un escueto "¿a mí que me cuenta?", seguido de un nuevo "yo no tengo constancia de eso". Cuando Miranda insistió: "¿Saben si pasaron el control de equipajes?", Sánchez se limitó a reiterar: "Yo no tengo constancia de ese tipo de cuestiones".
Zapatero y Plus Ultra
¿Medió Zapatero por el rescate de Plus Ultra?", preguntaron a Sánchez: "Que me conste, no", zanjó de forma esquiva el presidente.
En total, durante un interrogatorio de cinco horas, el presidente del Gobierno recurrió a un arsenal de evasivas: utilizó "no me consta" casi una veintena de veces, "no lo sé" en once ocasiones, "no tengo constancia" siete veces, "no recuerdo" seis, "no sabría decirle" tres, "desconozco" cinco y "no tengo conocimiento" dos, con el evidente propósito de evitar ofrecer explicaciones sobre su gestión en los años que lleva al frente del PSOE y del Gobierno.
