La Policía Nacional está detectando "visitas a las proximidades de los centros: Las familias marroquíes vienen el fin de semana, les ven, les visitan y luego vuelven a Marruecos en avión". Así lo ha asegurado un agente a Es la Mañana de Federico que remarca que la mayoría de casos con los que se encuentran "son clase media en su país que busca mejores oportunidades para sus hijos". Y la prueba es que "muchos vienen ya con móvil y durante esos fines de semana, los padres también les dejan dinero".
Esto sucede en paralelo a otra cuestión que la Policía había adelantado a este programa antes de la operación realizada en Tarragona: Los casos de padres que viajan a nuestro país con sus hijos y los dejan aquí en calidad de MENAS.
Como novedad, hemos podido corroborar que esto no es algo que suceda solo en esta ciudad. Este agente desvela que "a País Vasco, que es una de las comunidades que más invierte en este tema, están llegando los padres de vacaciones, dejan a los hijos y se van. Pero también está sucediendo en Ceuta y Melilla".
El objetivo es claro: "Buscan el reagrupamiento familiar. Nuestro sistema acaba criando a esos menores, les prepara para un oficio y después, cuando tiene la nacionalidad puede traer a la familia al completo. Hoy llega uno pero en unos años, son siete".
Cómo se elabora el registro
Los primeros momentos de esas llegadas son clave porque es cuando se determina la edad de esos menores. Lo primero es comprobar si tienen algún tipo de documentación: "Vienen indocumentados por lo que no sabemos sus nombres reales pero tampoco sus antecedentes penales o policiales. Y no digamos ya en casos de terrorismo"
Este agente nos atiende desde Canarias donde la situación lleva más de un año siendo crítica: "Aquí llegan cayucos con 200 inmigrantes y a lo mejor hay uno o dos agentes con dos ordenadores y dos cámaras de fotos". Con esos medios hay que realizar en tiempo récord una primera reseña que constará en un registro.
Como ya nos contaba la semana pasada Hanan Serroukh, aquí entra en juego la colaboración del inmigrante. Este agente explica cómo han llegado a registrar a "John Kennedy o Harrison Ford" en ese sistema.
Cómo se determina la edad del menor
Después de esas pruebas es necesario determinar si la persona es adulta o es menor. El agente Alejandro Navarro explica que las pruebas se realizan en el hospital de referencia: "Se hace una radiografía del carpo izquierdo de la muñeca, del tercer molar o de la clavícula. Ese resultado da una horquilla de edad pero, en beneficio del menor siempre se va a utilizar la edad mínima"
Si el resultado de esa horquilla arroja la mínima posibilidad de que esa persona sea menor, lo será hasta que se demuestre lo contrario: "Hasta que no se encuentre una documentación que lo acredite o hasta que otra prueba lo revele".
Muchas veces esto ocurre cuando ya han sido trasladados a otra Comunidad que, no siempre, vuelve a hacerles pruebas. Aquí es donde los agentes han descubierto datos alarmantes. "En Aragón, por ejemplo, el Instituto Nacional de Medicina determinó que de todas las pruebas que se habían hecho el 95% eran mayores de edad".
Cuál es el procedimiento
Si la persona es adulta, se le traslada a un Centro de Internamiento de Extranjeros donde se iniciarían los trámites para su devolución. Sin embargo, esto se encuentra con un escollo principal: La Delegación del Gobierno: "Los expedientes de devolución tienen unos plazos y además tienen posibilidad de recurso. Es la Delegación la que resuelve y el inmigrante, en base a la Ley europea, tiene derecho a un abogado que le preste asistencia jurídica para poder recurrir esa expulsión"
En la mayoría de los casos, la Delegación no los resuelve. Recientemente, la Comunidad de Madrid ha denunciado que tiene 58 expedientes a la espera de que el Gobierno resuelva. En muchos casos, de ilegales que han cometido delitos.
Qué sucede si un MENA comete un delito
Cuando un MENA comete un delito vuelve al centro en el que estaba internado. Recordamos que son centros de régimen abierto. Es decir, que pueden entrar y salir. Allí pasarán otros 3 meses hasta que la CCAA o la fundación u ONG que gestiona ese centro decida si solicita un expediente de devolución.
Esto es así porque el protocolo lo marca una Ley de hace 25 años que "Lo que estipula es que primero hay que reeducarlos. Si esto no surte efecto, se solicita una asistencia psicológica y ya, como último remedio, estaría el internamiento en un centro de régimen cerrado"
Hasta entonces el menor ha podido salir y entrar del centro en el que se aloja y volver a reincidir. Todo esto redunda también en los recursos porque en estos momentos, porque la saturación de los centros de extranjeros obliga a trasladarlos a otros sistemas en detrimento de los menores nacionales que también necesitan esa protección.
Los expertos piden que se les tenga en cuenta para elaborar los protocolos. "No se pregunta a los agentes de extranjería qué necesitamos o qué carencias vemos sobre el terreno. Y lo mismo con los sistemas de registro: Sería muy fácil poder cotejar la identidad de quien llega con la base de datos de huellas dactilares de Marruecos, para eso está la cooperación internacional", remarca este agente.


