
Tras referirse al cambio climático, anunciar 46 millones de euros en ayuda a Palestina y evocar la crisis sanitaria del coronavirus y la erupción del volcán de La Palma, Pedro Sánchez ha dedicado mas de una hora a arremeter contra los presidentes autonómicos del PP, Isabel Díaz Ayuso, Juanma Moreno o Alfonso Fernández Mañueco entre otros, sin hacer ninguna alusión al fiscal general del Estado, que declara hoy ante el Tribunal Supremo. Tampoco ha mencionado a la "fontanera" del PSOE, Leire Díez, a su candidato en Extremadura, Miguel Ángel Gallardo, ni a los casos que afectan a su mujer y a su hermano. "El PP tiene más de 30 causas abiertas", ha sentenciado Sánchez, mientras avanzan las investigaciones sobre la presunta financiación irregular en Ferraz. "Mi Gobierno tiene tolerancia cero contra la corrupción y colaboración con la Justicia", ha defendido el presidente, quien ha aprovechado para recordar la puesta en marcha del Plan Estatal de Lucha contra la Corrupción, y cuyas medidas tras cuatro meses desde su anuncio no se han puesto en marcha.
En lugar de abordar las acusaciones de corrupción que cercan a su partido, Sánchez ha centrado su intervención en arremeter contra el Partido Popular, utilizando la situación política en la Comunidad Valenciana como argumento para exigir desde la tribuna la convocatoria de elecciones autonómicas. Un movimiento que, en plena precampaña, le ha servido también para censurar la gestión de las comunidades gobernadas por el PP, con Extremadura, Andalucía y Castilla y León como próximos escenarios decisivos.
Es su segunda intervención en el Congreso de los Diputados desde que el exsecretario de Organización, Santos Cerdán, ingresara en prisión preventiva el pasado 30 de junio. Una comparecencia que vuelve a poner el foco en la corrupción interna del PSOE, tras meses de negativas sobre el conocimiento de las presuntas prácticas irregulares que, según investiga la UCO, se habrían cometido en la sede de Ferraz.
Pedro Sánchez en su intervención no ha dudado en calificar al Partido Popular de "oposición destructiva", acusándolo de "rendirse" ante Vox y de propiciar un "colapso político intelectual". En un tono de advertencia, ha apelado a la responsabilidad del resto de formaciones políticas para que respalden su acción de Gobierno, consciente de su fragilidad parlamentaria: "De vosotros depende lo que aquí se aprueba", ha subrayado. "Por convicción y necesidad no ha habido un Gobierno tan parlamentario como el que me honra presidir", ha proclamado Sánchez, apenas unos días después de que Junts anunciara su bloqueo al Ejecutivo y dejara al presidente sin la mayoría que lo sostuvo en la investidura.
Sánchez se ha enfundado el traje de campaña para atacar los "recortes" y las "privatizaciones" de las comunidades autónomas del Partido Popular, acusándolas de malgastar los fondos del Gobierno central. "Vamos a exigir a las CCAA transparencia absoluta. Les vamos a pedir que compartan los datos de sanidad, educación y dependencia, que son de los ciudadanos. Los analizaremos y pondremos a disposición de la opinión pública", ha afirmado, ignorando deliberadamente los problemas que afectan a su propio Ejecutivo.

