La historia de Antonio Muñoz Cano —cuñado de Santos Cerdán— ha salido a la luz. El pasado 21 de noviembre de 2018, fue condenado a tres años de prisión por intentar quemar el vehículo adaptado de su hijo mientras su exesposa, sus dos hijos (uno de ellos con diversidad funcional) y su suegra dormían en la vivienda contigua.
Los hechos ocurrieron en Mallorca en noviembre de 2016; Muñoz Cano accedió al garaje tras escalar una pared, encendió el fuego y abandonó el lugar, dejando abierta la puerta del garaje, lo que puso en grave riesgo la vida de sus familiares y de vecinos. Esos tres años se redujeron de los 14 iniciales que pedía la Fiscalía tras llegar los socialistas al poder.
El foco se ha puesto, ahora, en los pagos que recibió Antonio Muñoz Cano por parte de la constructora Servinabar 2000 SL, empresa vinculada a la presunta trama de corrupción socialista y obras amañadas, que estaba en manos de Santos Cerdán en un 45%. La Hacienda Foral de Navarra ha documentado que Muñoz Cano cobró más de 61.000 euros de esta mercantil entre 2019 y 2022. Estos pagos han generado suspicacias dada la posición política de Santos Cerdán, si bien la defensa del cuñado ha alegado que corresponden a trabajos de albañilería realizados por él.

