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La presión mediática obliga al PSOE a contactar con las denunciantes de Salazar y convocar una reunión de urgencia

Moncloa sigue en estado de shock ante las revelaciones y trata de acotar el escándalo al ámbito del PSOE.

Flickr PSOE

Después de achacar a un supuesto "fallo informático" la desaparición de las denuncias por acoso contra Paco Salazar, y de justificar así la inacción de Ferraz durante cinco meses desde que se presentaron las acusaciones en julio, el PSOE ha contactado por fin con las militantes, tal como exige la fase de investigación prevista en su propio protocolo antiacoso.

La presión mediática ha obligado al PSOE a mover ficha para intentar proyectar una imagen de "contundencia" después de meses de parálisis en la investigación, iniciada en julio, y pese a que altos cargos del Gobierno y miembros de la Ejecutiva, como Pilar Alegría, llegaron a cenar con Salazar cuando las denuncias ya eran conocidas. Ahora la ministra portavoz tilda de "vomitivas" las actuaciones atribuidas a su excompañero de partido. No ha sido hasta la publicación en eldiario de los testimonios de las víctimas cuando el partido se ha decidido a censurar públicamente las supuestas conductas de Salazar.

Según ha avanzado el mismo medio, Ferraz ya ha contactado con las dos denunciantes, poniendo en marcha una investigación que comienza tras meses en los que la dirección del partido ha tratado de mantener el asunto fuera del foco público después del que apenas fue nombrado miembro de la dirección del partido reventó el Comité Federal celebrado en julio tras conocerse las acusaciones.

Precisamente, ante el creciente malestar, la secretaria de Igualdad del partido, Pilar Bernabé, ha convocado para esta noche una reunión de urgencia de forma telemática con las responsables de Igualdad de cada comunidad autónoma, según ha avanzado El País y confirman a Libertad Digital fuentes socialistas. Desde Ferraz sostienen que estas reuniones se hacen con "cierta frecuencia" para restarle importancia al caso que sacude al PSOE.

Moncloa sigue en estado de shock ante las revelaciones y trata de acotar el escándalo al ámbito del PSOE, insistiendo en que al Gobierno no le ha llegado ninguna denuncia. La vicepresidenta primera, María Jesús Montero, ha asegurado que cualquier tipo de acoso, "va a contar con la absoluta reprobación del Gobierno y del PSOE".

"No se pueden permitir determinados comportamientos y comentarios que, por supuesto, tienen que contar con la condena de nuestro partido y de la sociedad", ha señalado Montero, antes de exigir "exquisitez" en la práctica y aplicación de los "valores y principios" de un partido socialista en el que también han emergido casos de conductas inapropiadas contra mujeres, como los protagonizados por José Luis Ábalos o el caso Tito Berni.

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