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Moncloa agoniza enterrada por los escándalos mientras empieza a aparecer el fantasma del fin del sanchismo

En el PSOE no descartan que puedan aparecer más episodios que retumben en las paredes de Ferraz.

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, durante una rueda de prensa. | Fernando Sánchez / Europa Press

Los casos de acoso sexual, junto a los presuntos amaños de contratos públicos, inquietan a las filas socialistas, que dicen sentirse "devastadas" ante el ciclo electoral que arranca en apenas una semana en Extremadura y que continuará en 2026 en Aragón y Andalucía.

No obstante, en el entorno de Sánchez tratan de conjurar el fantasma de un adelanto electoral y se muestran dispuestos a resistir a toda costa, mirando hacia otro lado. Insisten en que ningún ministro está implicado en los casos de presunta corrupción o acoso sexual que están saliendo a la luz y optan por la estrategia de la desaparición, como hizo el pasado jueves el presidente del Gobierno, que justificó su ausencia en el Congreso alegando una reunión con primeros ministros para abordar la guerra en Ucrania, cuando en realidad el encuentro se celebró por videoconferencia.

Lo cierto es que en Moncloa están en modo pánico porque no logran sacar cabeza ante el tsunami de escándalos y han activado el ‘sálvese quien pueda’. "Así no se puede seguir, necesitamos un nuevo Ejecutivo", exigen en la formación de Yolanda Díaz, que ve cómo la situación ya es insostenible y cómo el Gobierno de coalición está al borde del precipicio.

A la espera de que el Ejecutivo mueva ficha ante el avance de unas investigaciones que estrechan cada vez más el cerco sobre el PSOE y el Gobierno por el caso Leire Díez, este lunes el presidente del Gobierno ofrecerá su habitual balance del año, previsiblemente sacudiéndose responsabilidades, no sin antes acudir a Extremadura para acompañar por tercera vez a su candidato, Miguel Ángel Gallardo, el primero en la historia de la democracia que se presenta a unas elecciones imputado. Allí Sánchez se presentó como el mayor protector del feminismo y la transparencia.

En cuanto a los casos de acoso sexual, a los que en Ferraz otorgan credibilidad, en el PSOE no descartan que puedan aflorar nuevos episodios que vuelvan a sacudir la sede del partido. Pese a ello, se han limitado a introducir cambios meramente cosméticos en sus protocolos antiacoso, que ya han demostrado su ineficacia ante los casos detectados en las filas socialistas.

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