He llegado a la conclusión de que las personas se separan no porque saben lo que quieren, sino porque no saben lo que quieren. Una lástima, pues en el camino quedan muchos niños cuya vida nunca será la deberían haber tenido.

Y ya se que alzaran las voces Sylvias y compañía, con su bla,
bla, bla, bla.
Pero es que un niño que le toca vivir una separación de sus
padres mientras desarrolla su personalidad y su carácter, ya
no vive su infancia, ya no va a ser el mismo. Los padres
deben sacrificares por los hijos y velar por su bienestar y
desarrollo y asumen ese compromiso el día que se casan.
Eso si que es un DERECHO reconocido el derecho de todo niño
a su infancia y a ser querido y cuidado por sus padres y que
se deja pasar por alto, por los socialistas los que más.
El juez debería exigirles ese cumplimiento, aunque no les
guste, igual que imponen otras penas.