Torra y Arrimadas no pueden ser más diferentes, como también sus objetivos y compromisos políticos y su calidad cívica y moral. La comparación sólo puede resultar odiosa para los enemigos de la libertad y, por supuesto, de Cataluña.
Su manifiesto se extiende en consideraciones sobre las diferencias entre los hombres a causa de la mayor o menor posesión de bienes totalmente fuera de lugar.