L D (Agencias)
Rospigliosi dimitió el lunes en desacuerdo con la decisión del Gobierno de suspender la privatización de las empresas regionales de electricidad Egasa y Egesur para detener las protestas que comenzaron el viernes pasado en Arequipa, que dejaron dos muertos, centenares de heridos y 100 millones de dólares en pérdidas. La calma retornó a Arequipa el martes, pero los departamentos vecinos de Moquegua y Tacna se han declarado en huelga demandando que el ejecutivo envíe misiones de "alto nivel" iguales a la que envió Arequipa, para resolver sus demandas departamentales. Durante la paralización se registraron manifestaciones masivas y violentos enfrentamientos con la policía.
En LIma se ha informado de la renuncia del viceministro del Interior, Pedro Cateriano, pero éste no ha confirmado nada todavía. La dimisión de Cateriano se produjo tras conocerse que el ministro de Justicia, Fernando Olivera, había decidido continuar en el cargo "a pedido del presidente, Alejandro Toledo".
La renuncia de Olivera era esperada porque una de las razones por las que dimitió Rospigliosi fue porque el Gobierno se comprometió a que los dos ministros le pidan disculpas públicas al "pueblo arequipeño". Tras mantener una reunión privada con Toledo y con los líderes de su partido, Olivera pidió las disculpas públicas e informó de que la alianza de su partido, el Frente Independiente Moralizador (FIM) con el Gobierno "se mantiene firme y sólida".
Toledo, por su parte, dijo que el gobierno "está más fuerte que nunca" y mantuvo que la decisión de suspender la privatización de las empresas eléctricas permitió que triunfe "la paz sobre la violencia, el diálogo sobre la destrucción". "Nadie debe entender esto como victoria del gobierno o del otro lado, una vida es demasiado costosa. No quiero abrir ninguna herida más sobre lo que ha ocurrido en Arequipa", afirmó el jefe de Estado.
En LIma se ha informado de la renuncia del viceministro del Interior, Pedro Cateriano, pero éste no ha confirmado nada todavía. La dimisión de Cateriano se produjo tras conocerse que el ministro de Justicia, Fernando Olivera, había decidido continuar en el cargo "a pedido del presidente, Alejandro Toledo".
La renuncia de Olivera era esperada porque una de las razones por las que dimitió Rospigliosi fue porque el Gobierno se comprometió a que los dos ministros le pidan disculpas públicas al "pueblo arequipeño". Tras mantener una reunión privada con Toledo y con los líderes de su partido, Olivera pidió las disculpas públicas e informó de que la alianza de su partido, el Frente Independiente Moralizador (FIM) con el Gobierno "se mantiene firme y sólida".
Toledo, por su parte, dijo que el gobierno "está más fuerte que nunca" y mantuvo que la decisión de suspender la privatización de las empresas eléctricas permitió que triunfe "la paz sobre la violencia, el diálogo sobre la destrucción". "Nadie debe entender esto como victoria del gobierno o del otro lado, una vida es demasiado costosa. No quiero abrir ninguna herida más sobre lo que ha ocurrido en Arequipa", afirmó el jefe de Estado.
