L. D. / EFE.-
Dirigentes de ese Partido en Líbano afirmaron recientemente su voluntad de cooperar con la lucha de los palestinos, y en particular con sus correligionarios del Movimiento de la Resistencia islámica (HAMAS) y de la Yihad Islámica, que repudian las negociaciones de paz del presidente palestino, Yaser Arafat, con el Estado judío. Los combatientes de Hizbulá se fortificaron a lo largo de la frontera tras la evacuación israelí de la "zona de seguridad" que este país ocupó durante 18 años hasta el 24 de mayo del año pasado.
Entre las previsiones están el posible secuestro de soldados, tres los cuales fueron apresados por Hizbulá en octubre pasado, o un ataque por medio de suicidas o con coches-bomba. La Policía, que también se halla en estado de alerta máxima por temor a ataques de suicidas palestinos en Galilea occidental y en la bahía de Haifa, y las autoridades militares, aconsejaban hoy a los agricultores no trabajar en campos vecinos a la frontera con el Líbano.
En caso de registrarse un ataque de Hizbulá contra objetivos israelíes, este país hará lo mismo con objetivos del Líbano, según fuentes militares citadas por el diario independiente Haaretz. Fuentes políticas informaron de que el Gobierno del primer ministro Ariel Sharón, quien visitó este jueves posiciones de las FF.AA. en la frontera con el Líbano, "advirtió" a Siria que reaccionará "enérgicamente" si se produjera un ataque así de Hizbulá.
Con motivo de la tensión, y ante la posibilidad de que Hizbulá "abra un segundo frente", paralelo al alzamiento palestino en Cisjordania y la franja de Gaza, Sharón presidió en la ciudad de Safed una reunión del Gabinete de Seguridad, con la presencia del ministro de Defensa, Benjamín Ben Eliezer, el de Hacienda, Silvan Shalom, y del comandante de las Fuerzas Armadas, general Saúl Mofaz. Según las autoridades israelíes, Siria, que controla gran parte del territorio libanés, respalda las operaciones de los guerrilleros integristas, armados por la República Islámica de Irán.
Uno de los puntos de fricción es la aldea siria de Rajar, que tras la evacuación israelí de la desaparecida "zona de seguridad", quedó dividida entre Israel -que la conquistó en la guerra de 1967- y el territorio del Líbano por la "línea azul", el límite fronterizo trazado por cartógrafos de la ONU que rechaza Hizbulá.
Corresponsales en el Líbano meridional, la principal zona de operaciones de los guerrilleros islámicos, informaban hoy de que comenzaron a desmontar instalaciones frente a la aldea de Rajar, aparentemente en previsión de un ataque del Ejército israelí.
Entre las previsiones están el posible secuestro de soldados, tres los cuales fueron apresados por Hizbulá en octubre pasado, o un ataque por medio de suicidas o con coches-bomba. La Policía, que también se halla en estado de alerta máxima por temor a ataques de suicidas palestinos en Galilea occidental y en la bahía de Haifa, y las autoridades militares, aconsejaban hoy a los agricultores no trabajar en campos vecinos a la frontera con el Líbano.
En caso de registrarse un ataque de Hizbulá contra objetivos israelíes, este país hará lo mismo con objetivos del Líbano, según fuentes militares citadas por el diario independiente Haaretz. Fuentes políticas informaron de que el Gobierno del primer ministro Ariel Sharón, quien visitó este jueves posiciones de las FF.AA. en la frontera con el Líbano, "advirtió" a Siria que reaccionará "enérgicamente" si se produjera un ataque así de Hizbulá.
Con motivo de la tensión, y ante la posibilidad de que Hizbulá "abra un segundo frente", paralelo al alzamiento palestino en Cisjordania y la franja de Gaza, Sharón presidió en la ciudad de Safed una reunión del Gabinete de Seguridad, con la presencia del ministro de Defensa, Benjamín Ben Eliezer, el de Hacienda, Silvan Shalom, y del comandante de las Fuerzas Armadas, general Saúl Mofaz. Según las autoridades israelíes, Siria, que controla gran parte del territorio libanés, respalda las operaciones de los guerrilleros integristas, armados por la República Islámica de Irán.
Uno de los puntos de fricción es la aldea siria de Rajar, que tras la evacuación israelí de la desaparecida "zona de seguridad", quedó dividida entre Israel -que la conquistó en la guerra de 1967- y el territorio del Líbano por la "línea azul", el límite fronterizo trazado por cartógrafos de la ONU que rechaza Hizbulá.
Corresponsales en el Líbano meridional, la principal zona de operaciones de los guerrilleros islámicos, informaban hoy de que comenzaron a desmontar instalaciones frente a la aldea de Rajar, aparentemente en previsión de un ataque del Ejército israelí.