Que el dictador ruso es muchas cosas y ninguna de ellas demasiado buena es algo que compartirá buena parte de la humanidad, que el presidente de Estados Unidos pueda insultarle en público y con palabras propias de una conversación de barra de bar parece mucho más cuestionable.
Sin embargo, Joe Biden, se ha despachado este miércoles llamando "loco hijo de puta" a Vladimir Putin en un discurso público de su campaña electoral, concretamente un acto para recaudar fondos en San Francisco.
"Tenemos un loco SBO –acrónimo de las palabras ‘son of a bitch’, es decir hijo de puta en inglés– como ese tipo, Putin, y otros" aseguró Biden, que añadió que esto hacía que "siempre tenemos que preocuparnos por los conflictos nucleares".
El discurso del presidente de los Estados Unidos todavía tuvo un desarrollo casi más surrealista, cuando añadió que, pese a reconocer la posibilidad de un conflicto nuclear, "la amenaza existencial para la humanidad es el clima".
Armas nucleares en el espacio
Las declaraciones de Biden llegan después de que apareciese en la prensa estadounidense información de inteligencia que aseguraba que Rusia planea desplegar armas nucleares en el espacio.
El propio Biden y otras autoridades admitieron la existencia del informe pero aseguraron que el propósito de esas armas no sería usarlas contra objetivos en la Tierra, sino contra satélites.
La dudas sobre la salud de Biden
Esta nueva sorprendente salida de tono del presidente americano llegan también en un momento en el que las dudas sobre su estado mental y su capacidad para afrontar,ya no un nuevo mandato sino incluso de gobernar en este momento, son mayores que nunca.
De hecho, hace menos de dos semanas un informe de la fiscalía exculpaba a Biden en un caso sobre unos documentos que habría retenido ilegalmente, pero la victoria legal quedaba empañada porque el fiscal del caso, Robert Hur, describía al presidente como "un anciano con buenas intenciones y mala memoria" y explicaba que iba a ser difícil condenarle por un delito que "requiere de un estado mental de voluntariedad" y que él negaba al mandatario.
El informe ha vuelto a poner en el foco la salud mental de un Biden tiene ya 81 años y ha acumulado multitud de muestras de senilidad en gran cantidad de discursos y actos públicos en esta legislatura y, pese a todo, ha anunciado su intención de presentarse a las elecciones de noviembre.