La Oficina del Sheriff del Condado de Mesa ha confirmado la identidad de los restos de una joven que fueron descubiertos a principios de año en un congelador. Pertenecen a Amanda Leariel Overstreet, una adolescente a la que se le perdió la pista hace más de 20 años. "No se ha vuelto a ver ni se ha sabido nada de ella desde abril de 2005", reza el comunicado. Las pruebas de ADN han puesto fin a estos meses de incertidumbre.
El macabro hallazgo se produjo el 12 de enero de 2024 cuando un hombre acudió a una vivienda de Pinyon Avenue, en la ciudad de Grand Junction (en Colorado, Estados Unidos), para recoger un arcón congelador que ofrecía gratuitamente en una plataforma de anuncios el nuevo propietario del inmueble, que quería deshacerse de las cosas que los antiguos dueños de la casa habían dejado abandonadas en su interior.
Cuál fue su sorpresa cuando el varón quiso vaciar el electrodoméstico para poder transportarlo con más facilidad y -al abrir la puerta- le cayó una cabeza humana ante sus pies. Era de una joven a la que habían decapitado y cortado las extremidades superiores a la altura de los antebrazos, que estaban -maniatadas- en el mencionado arcón. Obviamente, las autoridades de Colorado investigan el caso como un homicidio. El resto del cuerpo sigue sin aparecer.
20 años sin denuncia
La pista de Amanda Leariel Overstreet se perdió en 2005. Nadie ha visto a la joven desde entonces. Sin embargo, explica el comunicado, a la policía no le consta que su familia pusiera una denuncia por su desaparición. Un detalle que llama la atención, teniendo en cuenta que se trataba de una menor.
"Se cree que Amanda tenía aproximadamente 16 años cuando desapareció", señala la oficina de sheriff. La joven era la hija biológica del anterior propietario/a de la casa, añade el comunicado. Esto explicaría por qué las partes que fueron separadas del cadáver de la chica se encontraban ocultas en el inmueble, pero no el motivo de que las dejaran allí.
¿Quién la mató?
La investigación sigue abierta y la oficina del sheriff no se ha querido querido informar sobre si barajan algún nombre como posible sospechoso del crimen. Aunque sí ha querido dejar claro que el nuevo dueño de la vivienda "no tenía ninguna relación con el anterior". "La casa fue comprada, remodelada por completo y vendida al propietario actual", ha insistido con el objetivo de que la prensa y los curiosos no molesten a la familia que reside ahora en el domicilio.
En estos momentos, la labor de la policía se centra en intentar conocer "las circunstancias que rodearon su desaparición". Término que la policía sigue utilizando de momento, hasta que se aclare cómo ocurrieron los hechos. Pero, a todas luces, se trata de un asesinato. Y algunos medios locales apuntan como posible responsable al marido de la madre biológica de la víctima, que falleció en 2021. Ella aún residiría en la ciudad.
¿Y sus padres?
De momento, la portavoz de la Oficina del Sheriff del Condado de Mesa -Wendy Likes- habría confirmado a DailyMail que Amanda era la hija biológica de Leanne Overstreet. Una mujer viuda de 55 años. Estaba casada con Bradley Imer, que habría ejercido de padrastro de Amanda y murió de un ataque cardíaco después de un grave caso de covid. Se habría negado a comentar -sin embargo- si el padre biológico de la víctima había sido identificado y/o interrogado por la policía.
En el perfil de Facebook de ella, aún podemos ver las bonitas palabras que le dedicó tras su fallecimiento (en el marco de una iniciativa para recaudar fondos). "Bradley fue amado y respetado por muchos", asegura, "vivió su vida al máximo sin remordimientos". "Fue (todavía es) el amor de mi vida, mi mejor amigo, el mejor padre, un marido maravilloso y el mejor hombre que jamás conoceré. Simplemente no sé lo que vamos a hacer sin él", añade