El argumento repetido de que McCain es el mejor candidato porque no retirará las tropas de Irak, mientras la Clinton u Obama sí lo harán resulta hoy ya más que cuestionable. A los Demócratas, que en la oposición son siempre el Partido de la Derrota, les hubiera gustado sabotear a Bush y obligarle a perder la Guerra retirando las tropas de Irak. Pero no han podido, ni siquiera ganando las intermedias de 2006. Tampoco lo harán si un Demócrata sale elegido de presidente tras estas elecciones de 2008. Porque de salir elegido Obama o la Clinton, más allá de lo que quieran ahora vender, ni uno ni otro van a retirar las tropas y el Partido Demócrata tampoco querrá perder la Guerra con un Presidente de su partido. Ese tema aquí en Estados Unidos –y contra lo que pasa en Eurabia- sería un suicidio político, además de un imposible militar. Eso es lo que tanto la Clinton como Obama dijeron en voz baja en sus pasados debates presidenciales. De hecho, el único Demócrata que aseguró en dichos debates que retiraría las tropas de Irak fue Dennis Kucinich. Ni siquiera John Edwards se comprometió a eso tampoco. Por tanto, la creencia esparcida por ahí de la imperiosidad necesidad de votar a McCain aunque sólo sea por el tema de Irak no resulta convincente.

Cierto es que tener a McCain en la Oficina Oval asegurará una seria defensa nacional y del Ejército, pero poco más. Pero es clave entender que quienquiera que llegue a la Casa Blanca sólo retirará las tropas si la guerra está ganada definitivamente e Irak puede echar a andar sin ayuda norteamericana. Porque una cosa es lo que se dice en la demagogia de mítines de campaña -como harán la Clinton y Obama en cuanto aparezca Petraeus por el Congreso-, y otra es la realidad. Hace unas semanas, preguntado Obama en la cadena CBS sobre si retiraría las tropas de Irak como presidente, el mesiánico candidato respondió que no: "No, I always reserve as commander-in-chief the right to assess the situation". Parece que Obama -pese a la burbuja falaz en la que habita- va viendo que la lucha contra el terrorismo de Al Qaeda es más grave y más serio de lo que le pintaban sus amiguetes de la izquierda anti-bélica de MoveOn.org y compañía… Las promesas de retirada… se las llevará el viento, como podremos comprobar.

Por eso mismo, y aunque McCain acierta de pleno en su posición sobre el tema de Irak (aunque yerre en el asunto de Guantánamo, no sabemos bien si trastornado acaso por los efectos del calentamiento global que tanto le gusta), seguimos creyendo que la idea de que sólo McCain es viable para asegurar que no se retiren las tropas de Irak es un cuento electoral. Es más, se trata de una patraña apoyada en el mero juego político. Con todo, a nadie debe extrañar que en la campaña de McCain tengan que seguir echando cohetes sobre este tema a ver si los conservadores acaban picando y le votan. Por eso ahora la vuelta al pasado en la gira de recuerdos que se ha montado el senador con su autobús express.... Pero de momento, los conservadores no pican… Lo bueno para McCain es que con los continuos errores clinto-obámicos, quizá para ganar la Presidencia le sirva sólo con esos llamados "independientes", sin necesitar a los conservadores... Pero eso sería más peligroso de lo que McCain acaso sospecha. Otro día les cuento por qué. Por ahora, lo bueno de todo es que siempre nos quedará Petraeus...