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¿Un español como número dos del papa Francisco en el Vaticano?

Una vez iniciado su Pontificado, Francisco irá poco a poco haciendo cambios. El turolense Santos Abril suena como sustituto de Bertone.

La Iglesia Católica ha vuelto a la normalidad tras la elección de Francisco como Papa tras 13 días en Sede Vacante. Los principales cargos curiales quedaron como eméritos de manera automática tras la ausencia de Pontífice y ahora como es costumbre Francisco los ha confirmado en sus puestos hasta que decida o no hacer cambios.

Sin embargo, ahora surge la pregunta sobre quién será el secretario de Estado y número dos en el Vaticano, un cargo de total confianza del Pontífice y de vital importancia para la Iglesia Católica.

De momento, el cardenal Tarcisio Bertone seguirá desempeñando esta labor que inició en 2006 tras su nombramiento por parte de Benedicto XVI. Es decir, durante más de un año el Pontífice alemán mantuvo como secretario de Estado a Angelo Sodano, que lo era con Juan Pablo II.

Por ello, no se espera por parte de Francisco un giro radical e inmediato sino progresivos cambios durante los próximos meses por lo que muy probablemente el cardenal Bertone le acompañe un tiempo.

¿Un español para acompañar al Papa?

Mientras tanto, el Papa pensará en la persona idónea y de confianza que le acompañe en esta misión. Y aquí surge un nombre que sorprendería a muchos aunque está sobrado para el cargo: el cardenal español Santos Abril y Castelló.

Este turolense de 76 años ha sido uno de los cardenales que han elegido a Francisco como Papa y se ha publicado que fue uno de los que promovió al cardenal argentino. Actualmente es arcipreste de la Basílica de Santa María la Mayor, una de las cuatro grandes de Roma y conocida como la de los españoles.

Curiosamente, horas después de ser elegido como Pontífice el Papa visitó esta basílica para rezar ante la Virgen y allí estaba para recibirle su arcipreste Abril y Castelló con el que paseó y con el que apareció en las portadas de todo el mundo.

Precisamente Abril era el menos conocido de los cardenales españoles. Creado cardenal en 2012 por Benedicto XVI el gran público apenas sabía quién era pese a ser un importante miembro del cuerpo diplomático.

Generalmente el puesto de secretario de Estado ha estado reservado a miembros provenientes del cuerpo diplomático, hecho que se interrumpió con Bertone. Por lo que no parece difícil que Francisco se rodee de una persona que conozca bien este ambiente, sea de confianza y le pueda ayudar ante la falta de experiencia curial del nuevo Pontífice.

El gran hándicap del cardenal español es su edad, 77 años, aunque después de la elección de Francisco con 76 no sería de extrañar su nombramiento.

En su trayectoria eclesiástica ha sido nuncio en África, Asia, América Latina y en los Balcanes lo que le da una gran visión del mundo de hoy y experiencia para situaciones de crisis. Además, por su cargo en la sección española en la Secretaría de Estado le permitió ser el profesor de español de Juan Pablo II.

Además de su nombramiento como arcipreste de Santa María la Mayor, Benedicto XVI le hizo vicecamarlengo, por lo que ha podido estar muy cerca del Papa emérito durante los últimos años.

Extensa carrera diplomática por todo el mundo

Santos Abril y Castelló nació en la localidad de Alfambra, en Teruel en 1935. Fue ordenado sacerdote diocesano de Teruel en 1960 y más tarde se doctoró en la Universidad Gregoriana y en la de Santo Tomás de Aquino, ambas en Roma.

En 1963 fue llamado a la Academia Pontificia y una vez que terminó sus estudios prestó primeros sus servicios en Pakistán y más tarde en Turquía como secretario. Después se convirtió en el responsable de la sección española de la Secretaría de Estado, cargo en el cual pudo tener un trato más que cercano con Juan Pablo II gracias a sus clases de español.

En 1985, el papa polaco le elevó a arzobispo y le nombró Nuncio en Bolivia. Cuatro años más tarde fue trasladado igualmente como nuncio a Camerún, Gabón y Guinea Ecuatorial.

Tras sus servicios en África, el Papa decidió encomendarle una difícil misión y le nombró nuncio en 1996 de la entonces República Federal de Yugoslavia. Allí vivió la guerra de Kósovo y fue elegido por todos los embajadores que estaba en el país como coordinador y portavoz del cuerpo diplomático acreditado en Belgrado.

En el año 2000 fue transferido a la Nunciatura en Argentina donde tuvo contacto con el ahora papa Francisco. En el país americano estuvo en 2003 hasta que Juan Pablo II le requirió de nuevo para los Balcanes para ser su representante en Eslovenia y Bosnia y un año más tarde también en Macedonia.

Viendo su extenso currículum experiencia no le falta y perspectiva del mundo tampoco. Credenciales no le faltan.

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