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Giro inesperado en el caso Madeleine McCann: un testigo clave desaparece y se convierte en sospechoso

Se trata de Ken Ralphs, amigo del principal sospechoso del caso en el momento del rapto. Se investiga su relación con los hechos.

Se trata de Ken Ralphs, amigo del principal sospechoso del caso en el momento del rapto. Se investiga su relación con los hechos.
Ken Ralphs durante la entrevista concedida al canal de televisión británico Sky News. | Captura de video

La policía alemana busca sin descanso a Ken Ralphs, un antiguo amigo y compañero de fechorías del principal sospechoso del caso Madeleine McCann -el depredador sexual Christian Brueckner- que ha desaparecido sin dejar rastro tras revelar en distintos medios de comunicación información que podría ser crucial para el esclarecimiento de los hechos. Los investigadores quieren corroborar la veracidad de los datos ofrecidos por el varón e indagar sobre su posible relación con el secuestro de la pequeña británica en el Algarve portugués el 3 de mayo de 2007.

Ralphs podría pasar de ser un testigo clave del caso a un nuevo sospechoso. La policía no descarta que el alemán -de 56 años y con una larga carrera delictiva- pudiera haber sido cómplice de Brueckner en el rapto de Maddie, como lo fue en distintos robos en viviendas que ambos perpetraron en la zona y en la época en la que se llevaron a la niña. De ahí que más de una decena de agentes armados se presentaran el pasado miércoles en su casa, a las afueras de Brunswick. Pero no lograron dar con él.

No parece un hecho baladí que tanto Brueckner como Ralph vivieran precisamente en esa zona de la ciudad alemana durante tres años. De hecho sus residencias estaban muy próximas la una de la otra, según informa el diario británico The Sun. Algo que parece indicar que podrían haber seguido teniendo relación después de que abandonaran Portugal (tras la desaparición de la menor) y volvieran a su país de origen. Por tanto, el vínculo podría ser más estrecho y prolongado en el tiempo de lo que el hasta ahora testigo había afirmado.

Llegados a este punto, cabe recordar que el propio Ralph ha afirmado en múltiples ocasiones que cuando raptaron a Maddie era amigo de Brueckner, que se encuentra en la cárcel por una violación y se enfrenta a cinco nuevos cargos por delitos sexuales cometidos en el Algarve portugués (zona que siguió visitando tras volver a Alemania) entre 2000 y 2017. También en Portugal los dos alemanes vivían en la misma zona y pertenecían al mismo círculo delincuencial. Asaltaban casas juntos.

Las revelaciones de Ralph

Brueckner estuvo en el punto de mira de los investigadores desde el principio. Era uno de los pederastas que se encontraban en la zona coincidiendo con el periodo estival. De hecho, en el momento de la desaparición de la pequeña vivía aproximadamente a tres kilómetros del complejo en el que veraneaban los McCann. Lo que no se sabía hasta ahora es que el alemán trabajaba en el restaurante en el que el matrimonio cenaba cada noche.

Al menos eso es lo que afirmó Ken Ralphs, en declaraciones al diario británico Daily Mail. Según aseguró, no estaba contratado. "Trabajaba con dinero en efectivo en el bar Tapas del Ocean Club frecuentado por Kate y Gerry McCann, los padres de Madeleine". Algo que explicaría que el sospechoso tuviera acceso directo a los horarios y hábitos de la familia. El matrimonio confesó que solicitaban cada noche la misma mesa: la que tenía mejores vistas hacia los apartamentos donde dormían los menores.

Este detalle, que la propia Kate apuntaba en su libro Madeleine: Our Daughter's Disappearance and the continue search for her ( 2011), pudo ser clave para que los secuestradores pusieran a Maddie en el punto de mira. Con el tiempo, descubrieron que su petición estaba apuntada en el libro de reservas del restaurante. El New York Post publicó que los padres de la pequeña están convencidos a día de hoy de que este extremo fue el que convirtió a su hija en el objetivo de sus captores.

El dato tiene una relevancia aún mayor si lo unimos a que este conocido del sospechoso también contó —durante una entrevista a Sky News— que en aquellas fechas propuso a un amigo suyo que le ayudara a secuestrar a un niño con el objetivo de vendérselo a una pareja que no hubiera podido tener hijos. Planes que —señaló— habrían tenido que cambiar sobre la marcha debido a la repercusión mediática que estaba teniendo el caso. Tras la desaparición de Ralph, cabe preguntarse por qué realizó estas revelaciones sobre Brueckner.

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